(0) CONFESIONES DE UNA COMPRADORA COMPULSIVA, de P. J. Hogan.

FÁBULA CONSUMISTA
En medio de la mayor crisis económica que se recuerda, el realizador de comedias Paul J. Hogan elabora un infumable cuento romántico con una inteligente moraleja: consume, pero con moderación. Para ello, no duda en recurrir a los tópicos más rancios del chick lit, ese subgénero romántico surgido en los últimos años, protagonizado por mujeres guapas, atractivas y fabulosas que, en un ambiente elegante y sofisticado, viven emotivas historias sentimentales y laborales. En el caso que nos ocupa, una joven tiene problemas económicos derivados de su adicción a las compras. Incapaz de moderar su consumo, busca trabajo en una revista de moda, pero acaba fichando para una de economía (¡!), enamorándose de uno de sus directivos. Diversos equívocos y situaciones absurdas acaban convirtiéndola en una gurú mediática, mientras intenta reorientar su vida superando sus vicios materiales y conociendo al hombre de su vida.
En un intento de profundizar en lo que aparenta ser una oda al postfeminismo –la mujer ya no es presentada como víctima del machismo sino que disfruta su libertad e independencia, ya es dueña de su propia vida–, contemplo anonadado cómo la visión de la mujer en este tipo de películas no supone ningún avance, más bien un preocupante estancamiento, pues sigue siendo esclava no ya del hombre sino de sí misma: Confesiones de una compradora compulsiva evidencia la dictadura de esa imagen artificiosa y superficial de la mujer actual, diseñada interesadamente por diversas revistas dirigidas “por y para mujeres” y conocidas marcas de ropa y complementos, que desfilan desvergonzadamente por la pantalla en un ejercicio nada sutil de product placement. Además, el retrato que hace de la compra compulsiva, ese afán desmedido e incontrolado por adquirir cosas en su mayoría inútiles, es escandalosamente frívolo, pues oculta que es una adicción en la que sentimientos de dolor, tristeza, rabia, aburrimiento, desatención y soledad encuentran su vía de escape en la compra de artículos que sólo aportan satisfacción en el instante de su adquisición. Olvidable.
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