(3) EL NIDO VACÍO, de Daniel Burman.

ESCENAS DE MATRIMONIO
Considerado el Woody Allen latinoamericano, el director y guionista Daniel Burman se ha convertido, por méritos propios, en uno de los representantes más destacados de la cinematografía argentina actual. En El nido vacío, su último film, narra el proceso de adaptación de un matrimonio entrado en años, una mujer que abandonó sus estudios para dedicarse a su familia y un reconocido dramaturgo en crisis creativa, cuando sus hijos abandonan el hogar familiar. La lucidez para analizar las siempre complejas relaciones familiares y el sentido del humor agridulce, irónico e inteligente, mostrados profusamente en El abrazo partido (2004) y Derecho de familia (2006), son, así mismo, las principales virtudes de El nido vacío, un acertado retrato de una pareja madura dispuesta a afrontar una nueva etapa de su vida. Si bien sus anteriores películas se centraban en la relación entre padres e hijos, en ésta se centra en los progenitores, profundizando en el reencuentro de dos desconocidos que, por inercia y monotonía, comparten una vida en común. Daniel Burman realiza en El nido vacío una concienzuda descripción psicológica de personajes y un valioso ejercicio de observación de la vida cotidiana enfatizada no tanto por los diálogos sino por los pequeños detalles; las miradas, los gestos y los silencios; que intercambian constantemente los protagonistas, interpretados con oficio por Cecilia Roth y Óscar Martínez, este último ganador de la Concha de Plata al Mejor Actor en el pasado Festival de San Sebastián. Tan importante es, por tanto, lo que se dice en este film como lo que no se dice, lo que se muestra como lo que se sugiere.
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