(2) CÓMO COCINAR TU VIDA, de Doris Dörrie.

SOMOS LO QUE COMEMOS
Especialista en comedias alemanas sobre relaciones de pareja, Doris Dörrie marchó a EE.UU. para rodar este reportaje documental sobre las implicaciones entre la comida y el budismo zen, contruidas en torno a unos criterios que propugnan la utilización de productos sanos, frescos y naturales, y una cocina sencilla y funcional, sin olvidar toda una serie de principios filosóficos aplicables al buen comer y al buen vivir. Todo el film se articular alrededor del maestro zen Edward E. Brown, jefe de la cocina de una red de centros budistas de California, donde imparte sus clases y conferencias con su seductora sonrisa, hablar pausado, sentido común y buen humor.
Inspirado en el libro de cocina medieval oriental que el maestro zen Dogen escribió en 1283, las preferencias de Eduard E. Brown se inclinan por un naturalismo sin dogmas y por una nutrición vegetariana sin fanatismos, con criterios abiertos y equilibrados, siempre que se respete la calidad de los productos y un trabajo artesanal eminentemente creativo. la buena comida, viene a decir, es el elemento que relaciona armónicamente el propio cuerpo con el mundo exterior, es un regalo para los demás y para uno mismo. Es, en definitiva, un acto de amor.
Según estos preceptos, las enseñanzas del maestro Brown se inclinan por las recetas tradicionales, que recopilan y transmiten la sabiduría culinaria ancestral, la que ahora llamamos cocina casera o cocina de la abuela, especialmente importante en un momento en que se están perdiendo el aprendizaje familiar, la tradición oral y las prácticas transmitidas de madres a hijas, un importante legado cultural en peligro de desaparición como ilustra perfectamente la secuencia de la elaboración manual del pan. En este apartado se inscriben las recomendaciones del cocinero sobre productos a reciclar y no desechar como es el caso del pan duro y las sobras, muy adecuados para elaborar con ellos caldos y cocidos.
El logro de una buena cocina va ligado al profundo respeto por uno mismo: no deben utilizarse ingredientes propios de la cocina basura, producida masivamente de forma industrial y con abundantes grasas de baja calidad para ser ingerida rápidamente. El acto de cocinar y de comer, a ser posible en grupo, debe ser expresión colectiva de un profundo sentido humanista, un momento de gozo y comunicación apto para exteriorizar emociones y sentimientos, que en el caso del maestro Brown implcia además autenticidad, generosidad con los demás y expresión de esa lcha constante del ser humano por su perfeccionamiento espiritual.
Cómo cocinar tu vida transmite al mundo una mirada luminosa, vitalista, cordial e inteligente. La realizadora, deslumbrada por su descubrimiento, nos narra su experiencia casi mística casi sin caer en la cuenta de que su película asume en muchos aspectos las funciones comerciales propias de un largo spot publicitario.
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