(3) ARITMÉTICA EMOCIONAL, de Paolo Barzman.

MEMORIA Y OLVIDO
La hermosa música de Normand Corbeil, que potencia líricamente el clima dramático, el bello paisaje canadiense de Quebec y al presencia en el reparto de magníficos actores como Susan Sarandon, Christopher Plummer, Max von Sydow y Gabriel Byrne son elementos que hacen de Aritmética emocional un film especialmente interesante si no tuviera ya suficiente atractivo la novela de Matt Cohen convertida en guión por Jefferson Lewis y la sensible dirección de Paolo Barzman, hijo del guionista perseguido por la “caza de brujas” mccarthysta Ben Barzman.
Las tensiones entre pasado y presente así como entre memoria y olvido constituyen el núcleo temático de este relato que combina dos momentos diferentes: el reencuentro, en 1985, de tres supervivientes del campo de concentración nazi de Drancy, próximo a París, desde donde los judíos, intelectuales y desafectos al III Reich eran trasladados al campo de exterminio de Auschwitz, y las imágenes de los prisioneros mediante cortos flashbacks, visiones fantasiosas del viejo Jakob y el cuaderno de anotaciones de Melanie.
Protagonistas son pues los supervivientes: el anciano poeta Jakob, el profesor Christopher y la ama de casa Melanie, así como los familiares de ésta que no acaban de entender los traumas, aún presentes, de los antiguos prisioneros.
Pero lo que tenía que ser una cena festiva, 40 años después, para recordar su salvación y para restañar las heridas de su forzada separación, se convierte en una tensa reunión en la que perdura todavía el dolor, el decaimiento y un sentimiento de culpa imposibles de curar ante el recuerdo de las humillaciones, torturas y muertes perpetradas por la Gestapo y los colaboracionistas franceses de Vichy. La película se pregunta, en esencia, sin dar respuestas contundentes, qué camino tomar en el dilema entre olvidar el holocausto perosnal para recuperar la alegría de vivir y asumir el pasado y sus enseñanzas para evitar que se repita, siempre que ello no suponga quedar paralizado por la angustia.
Aritmética emocional es un film de personajes, todos ellos con sus problemas mentales y morales a cuestas, cuyo hondo dramatismo se expresa mediante la exploración de sus complejas psiques, al modo bergmaniano, aunque esta vez con un desenlace un poco más abierto a la esperanza: la coraza defensiva se rompe para dar paso al fluir de los sentimientos y a la comunicación afectiva, a una comprensión de los otros presidida por la nobleza y la sinceridad.
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