(0) LA BODA DE MI NOVIA, de Paul Weilland.

SOBREDOSIS DE EDULCORANTE
Previsible y ñoña versión masculina de la ya endeble La boda de mi mejor amigo (1997), La boda de mi novia es un canto al matrimonio y a los sentimientos puros diseñado para engatusar a un público emocionalmente dependiente e ideológicamente conformista. El film es un espectáculo vodevilesco que, sobre la base de un encadenamiento de equívocos, secretos y casualidades, da forma a una insulsa comedia de brocha gorda, tanto en la construcción de personajes como en la solidez de la historia. Tras una separación forzosa, un joven playboy neoyorquino se da cuenta de que está locamente enamorado de su mejor amiga, justamente cuando ésta se compromete con un apuesto aristócrata europeo. ¡Vaya por Dios! A partir de ahí, todos sus esfuerzos se centran en obstaculizar la boda de su amiga. No creo que a nadie le estropee el final cuando afirme que, en este tipo de films, el amor triunfa… y se viste de blanco.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.