(3) MIL AÑOS DE ORACIÓN, de Wayne Wang.

SECRETOS Y MENTIRAS
Ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián 2007, Mil años de oración es una película basada en un relato corto de la escritora Yiyun Li con la que Wayne Wang interrumpe sus trabajos alimenticios en Hollywood para regresar a un cine mucho más personal y de características propias de un “autor”.
En el film es perceptible la influencia del maestro japonés Yasujiro Ozu, no sólo por su línea argumental -similar a la de Cuentos de Tokio (1953)- sino también por su estilo intimista, contemplativo y pausado, elaborado con un lenguaje sencillo pero cargado de sugerencias. La visita de un padre chino, viudo y jubilado, a su hija residente en EE.UU. y que acaba de divorciarse se convierte en un ejercicio reflexivo sobre el contraste entre las dos culturas. Pero lo que en Ozu era un choque, sobre todo moral, entre campo y gran ciudad, en Wayne Wang es una amplia mirada sobre la incompatibilidad existencial entre la China milenaria y la Norteamérica de la tecnología, las prisas, la falta de contacto humano y la diversidad étnica, bajo el común denominador de la soledad y la incomunicación.
Rodada con actores no profesionales en papeles de reparto y con utilización del inglés, el mandarín y otros idiomas en la banda sonora, Mil años de oración es la historia de un intento de reconciliación entre dos personas que distan mucho de ser perfectas y sobre las que pesan las sombras de un pasado lleno de errores y torpezas.
Película esencialmente volcada en el interior de los personajes, con una cámara y unos silencios que muestran el mutuo reconocimiento de dos seres necesitados de afecto y comprensión que van revelando sus secretos poco a poco, capa a capa, como se sugiere metafóricamente con las muñecas rusas encontradas por el anciano.
Con una puesta en escena funcional, sin alardes innecesarios, el realizador narra lo fundamental con los elementos estrictamente necesarios. El film es básicamente un drama psicológico pero se permite también hacer algunas referencias al contexto sociopolítico que ha condicionado el devenir de los protagonistas: capitalismo y comunismo, libertad y represión, con la imposibilidad de expresar espontáneamente ideas y emociones. Y una observación sugestiva: cada idioma y su aprendizaje social condicionan el contenido de lo que se expresa. Las lenguas orientales no son las más adecuadas, por exceso de pudor, para exteriorizar sentimientos de ternura y amor.
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