(1) DIARIO DE UNA NIÑERA, de Shari Springer y Robert Pulcini.

LA AZAROSA EXISTENCIA DE UNA CUIDADORA
Diario de una niñera supone la consolidación como directores de Shari Springer Berman y Robert Pulcini, que en la jerga especializada significa que han sido asimilados por la industria cinematográfica estadounidense. Adaptación de la novela homónima de Emma Mclaughlin y Nicola Kraus, el film pretende ofrecer una visión compleja de las relaciones de clase y del precario estado de la institución familiar, al narrar las vicisitudes de una joven estudiante de un barrio obrero de Nueva Jersey que acepta un trabajo de niñera para una rica familia de Nueva York. En la amplia –pero vacía– mansión de los señores X, la protagonista es víctima de los prejuicios y la intransigencia de la clase alta, la hipocresía existente, el valor de las apariencias y el universo de mentiras y secretos que cimentan su falsa imagen de matrimonio perfecto.
Pero las críticas y las acertadas observaciones antropológicas son diluidas por quienes pretenden venderse a cualquier precio. Los realizadores recurren a viejas fórmulas de éxito fundamentadas en manidos arquetipos y desgastadas moralejas como la pureza del amor interclasista, los ricos también lloran, el ascenso social es posible y los niños millonarios necesitan también el afecto de los padres. Un film, por tanto, que oscila entre la profundidad del cine de autor y el efectismo y la resolución gratificante propios del más comercial. El resultado es una combinación sofisticada, elegante y glamorosa de la serie Sexo en Nueva York y de la comedia romántica El diablo viste de Prada (2006), película con la que comparte muchas similitudes en su mensaje y argumento.
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