(3) CHANSON D’AMOUR, de Xavier Giannoli.

EL VOCALISTA ENAMORADO
El tercer largometraje de Xavier Giannoli es un drama romántico, un típico relato de sentimientos y emociones que constituye a la vez un homenaje a los cantantes melódicos de fama estrictamente local que se acompañan de modestas orquestinas y un reconocimiento a las salas de baile y verbenas de pueblo a donde un público ya adulto, con pareja o sin ella, acude a tomar una copa, escuchar música, ligar, hacer ejercicio o, concretamente, a danzar al ritmo de los boleros, pasodobles, mambos o chachachás. Bailes de salón que, por cierto, parecen surgidos de la noche de los tiempos, casi barridos por la modernidad juvenil de los karaokes y de las discotecas con su sonido electrónico, música estereofónica a todo volumen y ritmos techno monónotos y reiterativos hasta la saciedad.
El realizador lanza haca aquel mundo crepuscular una mirada afectuosa, sin pose alguna de elitista superioridad. Con un buen asesoramiento, Xavier Giannoli ha escrito un guión que describe con justicia el ambiente y el trabajo de los cantantes que embrujan con sus tiernas baladas a los amantes, al mismo tiempo que narra una historia de amor fallido, algo patético, protagonizada por Alain -un maduro y obeso Gérard Depardieu que canta con su propia voz- y por Marion -una joven y refinada Cécile de France, agente inmobiliaria separada y con un hijo-.
Con un lenguaje fílmico funcional, directo y sencillo, van fluyendo situaciones y diálogos que nos permiten asistir, de forma tan respetuosa como compasiva, al lento declinar físico, profesional, económico y sentimental de un chansonnier provinciano que intenta, no sin dificultad, compaginar su inevitable decadencia con el mantenimiento del orgullo y la dignidad.
Sin el carácter simbólico, de hondo calado social e histórico, de Le bal (Ettore Scola, 1983), Chanson d’amour utiliza salas de baile y un amplio repertorio de caniones, algunas de ellas notables por su carga poético-sentimental, su difusión popular o sus bellas armonías como telón de fondo de una drama naturalista en el que las relaciones individuales vienen arropadas por un clima de nostalgia creado por letras y melodías que evocan al espectador, de forma personal e intransferible, el hechizo de un amor perdido o la magia de un lugar y de un tiempo que se resisten al olvido.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.