(0) LOS CUATRO FANTÁSTICOS Y SILVER SURFER, de Tim Story.

AVENTURA SUPERHEROICA DE SERIE B
Una relectura a la crítica de su predecesora, Los Cuatro Fantásticos (2005), me ha hecho reflexionar sobre cómo la adaptación cinematográfica puede acabar pervirtiendo la fuente original, creando un sucedáneo lleno de acción y efectismo espectacular pero carente de su espíritu y estilo particular.
A años luz de las adaptaciones de Bryan Singer, Sam Raimi, Ang Lee y Christopher Nolan, mucho más “profundas” a la hora de plasmar en la gran pantalla a personajes Marvel o DC como Superman, los X-Men, Spiderman, Hulk o Batman, Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer resulta una versión light de la familia más estable del Universo Marvel, creada en 1961 por Stan Lee y Jack Kirby, que con el tiempo se ha convertido en la piedra angular de la citada editorial.
Si en el cómic de los Cuatro Fantásticos han representado los últimos aventureros en sentido clásico, en sus films la acción transcurre siempre en un estrecho aquí y ahora. Si en sus orígenes era manifiesta la influencia de la contracultura, la psicodelia e incluso la imaginería surrealista, su adaptación al cine reproduce el mensaje conservador y patriótico de las superproducciones estadounidenses –militarismo, amenazas apocalípticas, apología del orden y la fuerza sobre la libertad y la razón, defensa del matrimonio, machismo, etc–. Sus peores defectos, sin duda, son la paupérrima construcción de personajes y la endeblez argumental, siendo un indigno homenaje de la historia publicada en FF 48 –marzo 1966– sobre la llegada a la Tierra de Silver Surfer alias “Estela Plateada”, el heraldo de Galactus, un monstruoso ser cuasi omnipotente que consume planetas.
En definitiva, nos encontramos ante una película fallida, hueca, superficial en exceso, heredera estética de la mítica serie B, dirigida en exclusiva a los fans del cómic o a los adictos al género superheroico.
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