(3) JINDABYNE, de Ray Lawrence.

UN CUENTO CRUEL
El tercer largometraje del australiano Ray Lawrence es una adaptación de un relato corto del novelista estadounidense Raymond Carver, precisamente titulado Tanta agua tan cerca de casa que ya utilizara Robert Altman en su famosa película Vidas cruzadas. El film traslada la trama a Australia y desarrolla la historia hasta alcanzar las dos horas de duración, poniendo en evidencia ese realismo sucio que marcó el estilo del escritor con una visión descarnada del mundo, sin adornos sentimentales ni coartadas moralizantes, especialmente dramática al motrar la complejidad de las relaciones humanas, envenenadas frecuentemente por la frustración, la agresividad, el desamor, los prejuicios y el complejo de culpa.
Historia coral, con múltiples personajes interrelacionados pero con especial atención a la pareja protagonista, en que la anécdota de unos pescadores que encuentran por azar un cadáver en el río adquiere una trascendencia inesperada por culpa de su nula conciencia cívica y de la condición aborigen de la mujer asesinada. La vida rutinaria de la población es alterada por el suceso y el film destripa sus consecuencias. Crisis personales y familiares se desatan y son narradas mediante cortas secuencias, paisajes mostrados en plano general, largos fundidos en negro para significar el paso del tiempo un montaje de acciones paralelas que permite la visión casi simultánea de las actividades ciudadanas.
Jindabyne es una interesante película que subraya la dimensión psicológica y moral de un suceso aparentemente banal así como los devastadores efectos de la desconfianza en la estabilidad de la pareja, además de denunciar las discriminaciones de los viejos pobladores del continente. Ray Lawrence tampoco se olvida de sugerir que lo misterioso, lo fantástico y el horror pueden surgir de la plácida existencia de cada día.
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