(1) FLYBOYS, HÉROES DEL AIRE, de Tony Bill.

PILOTOS DE COMBATE
Cuidada superproducción made in USA basada en un episodio real acontecido durante la Primera Guerra Mundial, en el que un valiente grupo de voluntarios estadounidenses formaron la célebre Escuadrilla Lafayette, enfrentándose en los cielos de Europa a los temibles pilotos alemanes. Como suele ser habitual en este tipo de producciones, el contexto histórico está al servicio de una previsible y edulcorada historia de amor protagonizada por el guaperas James Franco y una insípida Jennifer Decker, si bien las escenas de acción consiguen mantener la tensión dramática y la espectacularidad a lo largo de toda la película.
Al contrario que los films bélicos recientes como Iluminados por el fuego (2005), Days of glory (Indigènes) (2006) y Cartas desde Iwo Jima (2007), donde se muestra en toda crudeza el sin sentido de tanta violencia, el poco valor de la vida humana y las terribles consecuencias físicas y psicológicas que afectan a los supervivientes, Flyboys, héroes del aire muestra una visión romántica –y por tanto aséptica– de la guerra, donde se priorizan los escarceos amorosos de los protagonistas, se enfatiza la figura del héroe y se esconden los episodios más brutales y sangrientos de todo enfrentamiento militar. Así, durante la primera parte del film, los personajes parecen estar disfrutando de una estancia en un hotel mientras son instruidos en el pilotaje de avión y va surgiendo el compañerismo, las batallas aéreas son mostradas como un duelo entre caballeros alejadas del frente y la bucólica relación amorosa entre los protagonistas parece sacada de un drama histórico de James Ivory.
Aún así, nos encontramos ante un film entretenido y de impecable factura técnica, demostrando que el cine de Hollywood sabe contar historias, aunque sea a costa del rigor histórico, primera víctima de esta película.
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