(0) PATINAZO A LA GLORIA, de Will Speck y Josh Gordon.

FERRELL DESENCADENADO
La trayectoria profesional del actor cómico estadounidense Will Ferrell, considerado por ciertos sectores de la crítica especializada como uno de los mejores humoristas de Hollywood en la actualidad y declarado admirador de los grandes maestros de la comedia surrealista –Buster Keaton, los hermanos Marx, Mel Brooks y Woody Allen– ha oscilado desde sus inicios entre las dos grandes corrientes de este género cinematográfico, esto es, entre el humor basado en la mímica (caídas y muecas) y el humor basado en los diálogos y los gags denominados de situación. Patinazo a la gloria resulta una mezcla anodina de ambos tipos de humor, si bien acaba predominando el primero, más cercano a las piruetas circenses de Pasado de vueltas o Zoolander, que al humor inteligente de Más extraño que la ficción, sólo por citar algunas películas en las que ha intervenido.
Patinazo a la gloria es una absurda comedia, plagada de gags surrealistas –algunos, he de reconocer, bastante graciosos– que parodian, en el sentido más irreverente y políticamente incorrecto, el mundo del patinaje artístico, una disciplina deportiva poco conocida por estos lares pero que cosecha audiencias millonarias en Estados Unidos. Reiterativa y obsesionada por la carcajada fácil, espontánea e irracional, la película se olvida de las dosis de autocrítica y de burla de las convenciones inherentes a este subgénero y se aleja de la inteligencia de los maestros en los que dice inspirarse.
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