(3) LA ÚLTIMA NOTA, de Denis Dercourt.

LA VENGANZA
Nos llega por vez primera una película de Denis Dercourt (París, 1964), la quinta en la filmografía de este singular cineasta que se licenció en Filosofía, se doctoró en Ciencias Políticas y fue solista de viola en una orquesta sinfónica antes de ejercer como profesor en el Conservatorio.
Si Pasolini levantó un enorme escándalo con Teorema (1968) narrando la peripecia de un misterioso joven que destruía el aparente equilibrio de una familia burguesa, seduciendo a todos sus integrantes, en un relato de clara dimensión metafórica acorde con el radicalismo político del momento y con los particulares fantasmas sexuales del cineasta italiano, Dercourt sigue un itinerario parecido en La última nota, pero ahora bajo las normas estilísticas de un naturalismo francés más racionalista y que concede especial atención a la psicología de los personajes.
Relato tan sutil y elegante como cruel, La última nota es la historia de una venganza ejecutada de forma tan fría como dilatada en el tiempo: la de Mélanie -con probables rasgos psicóticos- sobre una antigua profesora de piano que impidió años atrás que la muchacha ingresara en el Conservatorio, arruinando su futuro profesional. La belleza, la cortesía y la discreción son ahora las armas con las que Mélanie seduce a los integrantes de la familia de su antigua profesora aunque en este caso la fascinación erótica venga reforzada con el engaño y la manipulación.
Narración meticulosa, acertada dirección de actores, cuidada planificación y ritmo pausado contribuyen a alcanzar un rigor admirable a la hora de retratar personajes, matizar situaciones y sugerir sentimientos, subrayando la evolución de ese duelo de personalidades tras el que la inseguridad y el miedo al fracaso de la concertista acaban cediendo ante la callada perseverancia y la determinación de la joven, que acaba dominando al sacar provecho de las debilidades ajenas.
En la película, un estudio de caracteres individuales, el realizador ha introducido ciertas dosis de calculada ambigüedad, así como un trasfondo social que diferencia a la modesta familia de la chica de la privilegiada familia de la estrella del piano, casada con un rico abogado y con un hijo dotado de talenlo musical.
Al acierto de esta película contribuyen también una discreta estructura de suspense en torno a los secretos planes de una Mélanie que va demorando el momento de su venganza y una atractiva banda sonora con fragmentos musicales de Schubert y Bach además de composiciones elaboradas e interpretadas por Jérôme Lemonnier.
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