(3) TUYA SIEMPRE, de Manuel Lombardero.

TÓCALA OTRA VEZ, HORACIO
Tras diez años de silencio –su primer largometraje, En brazos de la mujer madura, sufrió un largo y costoso proceso legal que perjudicó su explotación comercial–, el productor y realizador catalán Manuel Lombardero se embarca de nuevo en una arriesgada producción que, a modo de thriller de época con aires de cine negro, recrea un crimen cometido en los años 60 nunca esclarecido y ubica a los protagonistas en el ambiente turbio y decadente del Jamboree, un famoso club de jazz de la Barcelona de los años 80. Tuya siempre, por tanto, combina con eficacia la recreación histórica con la ficción dramática, creando para ello un universo de amores tormentosos, música envolvente, alcohol a raudales y humo de tabaco, poblado de personajes cínicos y desencantados, contagiados del mismo pesimismo existencialista de Rick Blaine, Philip Marlowe o Sam Spade.
Influenciada por la película de Bertrand Tavernier, Alrededor de la medianoche (1986), Tuya siempre es un homenaje a la música jazz, repleto de guiños y referencias a los grandes maestros del género que pasaron por aquel club durante una época de efervescecia cultural, como Tete Montoliu, Chet Baker y Horacio Fumero. Anécdotas, frases conocidas y actuaciones memorables se recrean con la intencionalidad de proporcionar al film un tono cercano al documental, si bien el punto de vista de la pareja protagonista se impone claramente.
Una acertada ambientación, una fotografía que apaga los colores de la imagen y juega con los claroscuros y un ritmo siempre determinado por la banda sonora –el jazz se convierte en un personaje más del film– son los puntos a favor de Tuya siempre, sin que los típicos tópicos del género lleguen a devaluar el resultado final.
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