(3) EL FIN DE LA INOCENCIA, de Michael Cuesta.

DESMITIFACIÓN DE LA INFANCIA
Tras el éxito de L.I.E. (2001), su primer film, un intenso drama que reflexiona sobre la vulnerabilidad de la adolescencia –desgraciadamente no llegó a las carteleras valencianas–, el realizador estadounidense Michael Cuesta se sumerge de nuevo en ese complejo y a menudo frustrante mundo infantil en una oscura historia que narra la vida de un grupo de amigos de los suburbios de una gran ciudad que, ante la muerte por accidente de uno de ellos, debe asumir y superar ese trágico suceso.
Alejado de la visión gratificante y condescendiente de la infancia que proporcionan la mayoría de películas y series de TV, El fin de la inocencia destila un realismo sorprendente, cercano al costumbrismo más detallista, con el que el director se plantea las dudas, inquietudes, miedos y esperanzas que provocan la pérdida de la inocencia de los niños y la lucha constante de los adultos por guiarles. Sin llegar a la mirada truculenta de Larry Clark o Catherine Hardwicke, Michael Cuesta no huye de los temas más espinosos a los que se enfrentan los jóvenes protagonistas, desde su mirada inexperta, y que tiene que ver con la incomunicación con sus padres, la ausencia o exceso de disciplina, la falta de atención, el primer amor, la violencia, la sexualidad y la muerte. Lo mejor de la película, por tanto, es que trata a los niños como tales, no como tontos incapaces de entender lo que pasa a su alrededor. El fin de la inocencia muestra el punto de vista del menor en los problemas de la vida cotidiana, sin esa perversa costumbre de simplificarla para hacerla comprensible o asimilable para ellos.
En definitiva, un estimable film sobre lo difícil que resulta ser niño en un contexto nada favorable para su feliz desarrollo intelectual y físico, que plantea un interesante interrogante a los padres actuales: ¿conoces realmente a tus hijos?
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.