MANUEL LOMBARDERO, DIRECTOR DE “TUYA SIEMPRE”

«POR BARCELONA HAN PASADO MUCHOS DE LOS GRANDES MÚSICOS DE JAZZ»
Han pasado 10 años desde que estrenara su primer largometraje, En brazos de la mujer madura, un film que le valió el reconocimiento del público y de la crítica. Tras un período de silencio, si bien no ha dejado de realizar diversos proyectos relacionados con el cine, casi siempre en labores de producción, Manuel Lombardero regresa a la dirección con Tuya siempre, un thriller ambientado en los años 80 que narra las vicisitudes de una pareja de delincuentes que, intentando salir de la marginación, entran en contacto con los dueños de un club de jazz de Barcelona. Allí conocerán a un variopinto grupo de personas.
¿De dónde surge la idea de la película?
La historia nace de casualidad, a partir de una necrológica que leí en un periódico de una cantante de jazz que conocí y que alcanzó el éxito hace ya bastantes años. Me atrajo de ella una doble condición: por una parte, porque fue una mujer deseada y atractiva, pero que en realidad llevaba una vida triste porque estaba enamorada de un tipo que no le correspondía. Por otra parte, esta mujer se vio envuelta en un crimen por dinero. El suceso llenó la prensa de la época y, aunque se detuvieron a los responsables del delito, no se investigó a fondo el caso. Existían lagunas, zonas poco claras de la investigación, que me permitieron introducir la parte de la ficción dramática y dotar de mayor complejidad a la película.
Los protagonistas de Tuya siempre son dos delincuentes incapaces de salir de su miserable y mediocre existencia. Los personajes que conocen en el club tampoco se salvan.
Todos sufren por sueños no alcanzados. La tormentosa relación que se establece entre la pareja protagonista es un ejemplo de que a veces el ser humano es capaz de tomar decisiones con muy poca inteligencia. Pero no sólo esta reflexión se refleja en ellos, sino en todos los personajes de la película. En muchas ocasiones no se elige lo más adecuado para cada momento.
El film reproduce el ambiente jazzístico de la capital catalana de los años ochenta… ¿Te inspiraste en músicos de la época para retratar a algunos personajes?
Por supuesto. Me había documentado anteriormente mientras preparaba un guión con Jim Barton titulado On a blue note, que narraba una historia de amor y jazz en el Nueva York de los sesenta, acumulando mucha información sobre biografías de músicos españoles y extranjeros que casualmente habían pasado o pasaron después por Barcelona. Me di cuenta de que no tenía que ir tan lejos para contar una historia sobre este género musical y Barcelona, de hecho, tenía mucho atractivo como escenario. Por esa ciudad han pasado muchos de los grandes músicos de la historia del jazz. A partir de ahí y de la necrológica, empecé a construir personajes. Muchas de las cosas que se cuentan en la película son reales, desde localizaciones hasta frases y anécdotas de personalidades tan carismáticas como Tete Montoliu, Chet Baker y Horacio Fumero, puestas en boca de distintos personajes.
Pocas películas, y menos en España, tratan sobre este género musical. ¿Contaste con el asesoramiento de alguna figura respetada en el mundo del jazz?
Cuando pensé en hacer una película sobre jazz lo primero que tuve claro fue acudir a alguien que tuviera un pasado incontestable y que gozara de un respeto y de conexiones en el ambiente importantes. Por eso me dirigí a Horacio Fumero y, posteriormente, a José Reinoso, que creo que es uno de los grandes talentos al piano en estos momentos y que además capitanea una corriente del jazz influenciada por los ritmos del cono sur. De hecho, la banda sonora está basada en ese estilo de jazz que propone Reinoso.
Tu trayectoria profesional ha estado más enfocada en la producción, únicamente habías dirigido En brazos de la mujer madura. ¿Cómo ha sido el salto a la realización?
Siempre he querido ser director. Desde que empecé a los 19 años a trabajar en el cine, recuerdo que como meritorio de dirección en Cambio de sexo de Vicente Aranda, tuve claro que quería dirigir. De hecho, he estado bajo las órdenes de varios de los principales directores españoles. Lo que pasa es que la industria del cine en España vive de forma crónica una situación muy precaria y por circunstancias de la vida me orienté más por la producción a través de Lolafilms. Me ayudó mucho en un período formativo trabajar con gente de mucha experiencia. He aprendido, por ejemplo, de Vicente Aranda a dirigir a los actores o de Bigas Luna la importancia que le da a la estética.
Pau Vanaclocha
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