(3) PUDOR, de David y Tristán Ulloa.

SECRETOS Y MENTIRAS
Asistimos a la presentación de una típica familia española de clase media, pero ya desde el principio observamos que algo no va bien. Los secretos inconfesables, las mentiras nada inocentes y los silencios incómodos determinan la difícil convivencia de los cinco protagonistas.
De eso trata Pudor, la interesante opera prima de los hermanos Ulloa, David y Tristán —realizador de televisión el primero y reconocido actor el segundo—, que conecta directamente con el cine independiente estadounidense, especializado en mostrar familias disfuncionales, y con diversas series de televisión políticamente incorrectas que nos llegan desde el otro lado del Atlántico, como A dos metros bajo tierra. Una familia herida por la incomunicación, llegando al punto de que los protagonistas no se conocen entre sí y se sienten solos aun estando rodeados por seres queridos, es la síntesis de esta valiente película que, en definitiva, nos habla de la necesidad de sentirnos queridos.
Adaptación de la novela de Santiago Roncagliolo, Pudor destaca por el realismo sucio que embadurna la cinta, mostrando temas considerados tabús por la sociedad, como la soledad, la enfermedad, la incomunicación y la muerte. Su tratamiento natural, casi documental —la cámara se limita a seguir a los personajes, siendo testigo de la degradación de la estabilidad familiar—, es quizá lo más llamativo del film, en un intento de no endulzar, tranquilizar o proteger al espectador de los aspectos más desagradables de la realidad, sin concesiones hacia ese costumbrismo amable que esconde conflictos e infelicidades. Por el contrario, los directores realizan una disección de la vida íntima en todas sus facetas y la miran sin prejuicios moralizantes como científicos investigando a través de un microscopio.
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