(1) INVENCIBLE, de Ericson Core.

HÉROE DE CARNE Y HUESO
Hollywood está necesitado de héroes. No ya aquellos con poderes superhumanos –que también, vista la cantidad de películas que adaptan personajes del cómic–, sino los que madrugan para ir a trabajar, los que sufren por llegar a final de mes o los que simplemente sueñan con alcanzar sus metas y se esfuerzan en conseguirlas. Estas historias de superación personal, propias del sueño americano o del american way of life, conectan con un público necesitado de mensajes gratificantes que le alejen, durante unos momentos, de sus problemas cotidianos. Estrellas del deporte, artistas o simplemente personas que gracias a su tesón o a una idea original acabaron convirtiéndose en ricos y famosos suelen ser objeto de estos homenajes fílmicos. The rookie (El novato), por ejemplo, narraba la historia real de Jim Morris, uno de los mejores jugadores de béisbol según no pocas revistas especializadas. Con similar estructura narrativa e idéntica moraleja, Invencible se centra en otro deportista local, Vince Papale, que entró por méritos propios en la leyenda del fútbol americano.
Biopic amable y convencional, Invencible apela a la lágrima fácil y a los sentimientos, pero también realiza un efectivo esfuerzo por contextualizar la acción, situando a los personajes en un barrio obrero de Filadelfia durante la crisis económica de mediados de los 70. Otro elemento positivo por el que no merece ser castigado con un (0) es que el rugby no monopoliza el film, sino que es una parte más de la vida del protagonista y no la única, en un intento de evitar idolatrarlo y darle una entidad humana mayor que el resto de biografías cinematográficas.
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