VENTURA PONS, DIRECTOR DE “LA VIDA ABISMAL”

«VALENCIA ES CUNA DE EXCELENTE ACTORES»
Con puntualidad casi británica, el director catalán Ventura Pons estrena en Valencia su último film, La vida abismal, en el que mantiene algunos de sus temas preferidos. Adaptación de la novela de Ferran Torrent, la película narra la historia de un joven veinteañero que, en la Valencia del tardofranquismo, conoce a un jugador de cartas que le descubre cómo sobrevivir al abismo. Su película más valenciana a tenor de la historia, creada por el escritor valenciano, las localizaciones, ubicadas en la ciudad del Turia y los personajes, interpretados por un sólido elenco de actores de aquí.
¿Qué es lo que te atrajo de la novela de Ferran Torrent para llevarla al cine?
Desde hace muchos años he seguido la obra de Ferran Torrent y tras leer «La vida en el abismo» quise llevarla al cine. La novela me gusta por muchos motivos: en primer lugar por la propia historia, que ligaba con temas que ya había tratado en mis anteriores películas. De hecho, la amistad, la pasión por el juego, la rebeldía, vivir al límite… son elementos recurrentes en mi filmografía. En segundo lugar, me sedujeron los personajes y la época histórica en la que transcurre la acción. Quería mostrar tanto la desorientación del personaje de Ferran como el desparpajo de El chino en los últimos años del franquismo. La década de los 70 fue una época muy convulsa en España, con grandes contrastes: una dictadura que era más represiva cuanto más débil se sentía, una ausencia de libertad absoluta que chocaba con las ganas de vivir de la juventud, en este caso con los protagonistas.
En esencia, La vida abismal es una lección vital, un viaje iniciático.
Efectivamente, la relación que se crea entre los dos protagonistas es enriquecedora para las dos partes, aunque sea Ferran el que más aprende de la vida. El personaje de Jose Sospedra está desorientado, perdido, no sabe qué hacer ni a qué dedicarse. Se siente desmotivado por una sociedad reprimida y sin alicientes. Conocer a El chino supone el descubrimiento de una vida que está fuera de la realidad oficial del franquismo. El personaje de Óscar Jaenada le enseña la noche, el juego, a vivir sin reglas… en esencia, le descubre la libertad.
Creo que es tu primera película de época. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Siempre he hecho un cine que refleja las inquietudes contemporáneas, de hoy en día. Soy una persona que mira al futuro y casi nunca al pasado. Por eso no me había acercado a las historias ambientadas en otro tiempo que no fuera el de ahora. Pero en La vida abismal el contexto histórico era determinante en la historia y tenía una gran importancia. La experiencia ha sido positiva. Recrear los años 70 ha sido fantástico. Hacía años que no me lo pasaba tan bien trabajando en los decorados, el atrezzo, el vestuario, el maquillaje… Me he dado cuenta de cuánto ha cambiado la sociedad desde entonces.
Explicas una época de una forma poco convencional.
He pretendido retratarla a partir de los negocios ilegales de los jóvenes protagonistas. Mi intención fue mostrar ese mundo oculto del juego ilegal de una manera muy realista. Las escenas de partidas de cartas fueron coreografiadas para dar una mayor verosimilitud, incluso contamos con un asesor de juego. El juego ilegal es realmente una metáfora de la vida durante esos años, es decir, trasciende del mero argumento de la trama para convertirse en un estilo de vida totalmente a contracorriente de la época. Una forma de rebelarse muy particular contra la dictadura. Sobre la recreación del contexto histórico y el tono general de la película, tenía dos preocupaciones fundamentales: que no fuera nostálgica y que no quedase costumbrista.
La vida abismal es, con diferencia, la película más valenciana que has realizado.
La verdad es que sí. He tenido la oportunidad de rodearme de gente muy profesional de esta tierra para hacer esta película. De todos es conocido que Valencia es cuna de excelentes actores y la película lo demuestra: Antonio Valero, Juli Mira, Pepa López, Pep Cortés, Albert Fornés… Sinceramente, pienso que sin la participación de estos actores no se podría haber hecho La vida abismal. Si bien no es la primera vez que dirijo una película «valenciana», pues ya hace bastantes años, en 1989, hice Puta misèria, adaptación de la novela homónima de Rafael Arnal y Trinitat Satorre.
Pau Vanaclocha
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.