(2) TIME, de Kim Ki-Duk.

JUEGO DE IDENTIDADES
Aficionado a retratar situaciones aparentemente cotidianas llevadas al extremo o relaciones poco corrientes, Kim Ki-Duk nos introduce en su último film en un misterioso y a veces confuso juego de identidades que pondrá a prueba la estabilidad de una pareja más o menos convencional. Fiel a sus planteamientos, el realizador surcoreano elabora un relato de gran sencillez, de ritmo pausado pero rotundo, poseedor de un estilo minimalista despojado de cualquier elemento decorativo y sin embargo cargado de lirismo, exotismo y sensualidad, características que le valieron en el pasado para convertirse en uno de los exponentes más importantes del cine asiático.
No obstante, ya en su último film apreciaba un desgaste en su narrativa y una pérdida de su fuerza visual. En Time pasa lo mismo, pues esta película no alcanza la solidez narrativa ni la sensibilidad de Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera o de Hierro 3, la provocación ni el erotismo de Samaritan girl o el lirismo de El arco. Se trata más bien de un ejercicio menor del refutado director, que sigue explotando su particular estilo dejando importantes lagunas en un guión basado excesivamente en la anécdota, el simbolismo ramplón y el preciosismo estético carente de significado.
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