(3) A SCANNER DARKLY / UNA MIRADA A LA OSCURIDAD, de Richard Linklater.

THRILLER PARANOICO
Con menor frecuencia de la deseada, el cine se convierte en ocasiones en una efectiva herramienta de reflexión y crítica sobre los aspectos más variados de la naturaleza humana o la imperfecta sociedad que les da cobijo. En el caso que nos ocupa, el incisivo director Richard Linklater, considerado ya una de las voces de la conciencia de la sociedad estadounidense contemporánea y autor de la interesante película existencialista Waking Life (2002), realiza una obra en la que propone una sugestiva metáfora sobre la paranoia por la seguridad en la guerra contra el terrorismo, denunciando sin ambages la erosión de los derechos y las libertades individuales frente a un Estado cada vez más totalitario. Una clara alusión a la política reaccionaria y beligerante de George Bush y su cohorte de neoconservadores, basada en los signos apocalípticos de nuestra realidad —guerras preventivas alejadas de toda legalidad, espionaje a ciudadanos, control de las comunicaciones, torturas y detenciones ilegales, etc.—, la misma que recogen cada día los informativos de las cadenas de televisión.
Filmada con actores reales y pintada después fotograma a fotograma mediante la novedosa técnica del rotoscopiado, A Scanner Darkly / Una mirada a la oscuridad es una fiel adaptación de la novela de Philip K. Dick sobre sus propias experiencias con las drogas, donde se muestra un futuro cercano y estremecedor en el que la guerra contra el terrorismo se confunde con la lucha contra las drogas. El protagonista, un policía con problemas de percepción de la realidad debido a sus adicciones, se ve obligado a espiar a sus amigos e incluso a sí mismo para descubrir una presunta organización narcoterrorista, lo que le conduce irremediablemente al más paranoico de los absurdos.
Resulta tremendamente estimulante el universo alucinógeno en el que se mueven los personajes y que le da un aire de pesadilla fantasmagórica, todo ello para evidenciar las demoledoras consecuencias del victimismo y el discurso del miedo y la inseguridad —con una clara intencionalidad política— en una sociedad acosada por el terrorismo global y el tráfico de drogas.
Una pequeña joya reconocida en diversos festivales internacionales y situada en las antípodas del cine comercial, convertida en una estupenda alternativa al insípido cine, en su mayoría, que nos invade semana tras semana.
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