(2) THE DEVIL AND DANIEL JOHNSTON, de Jeff Fuerzeig.

EL GENIO AUTODESTRUCTIVO
Curioso y revelador documental, intimista pero alejado de cualquier intencionalidad hagiográfica, que retrata con singular soltura y cercanía el artista estadounidense Daniel Johnston, un genio creativo que impulsó la corriente más libre y profunda –o todo lo contrario– de la música folk, ejemplo modélico de friki agravado por su condición de maníaco depresivo que intercalaba momentos de lucidez y estados de enajenación que le hacían capaz de agredir amigos o provocar accidentes que pudieron provocar su muerte y el de sus seres queridos. Pero más allá de la mera anécdota de sus salidas delirantes y sus visiones satánicas, The devil and Daniel Johnston es la crónica vital de un ser tierno, violento y desesperado que nos hace reflexionar sobre la creación artística y el estrecho límite entre la genialidad y la locura.
A partir del ingente y valioso material grabado en super-8 y sus conmovedoras y a la vez terroríficas cintas, el documental recorre cronológicamente el trayecto vital y artístico de Daniel Johnston que intenta, con éxito, indagar en el proceso creativo de este peculiar sujeto. Las entrevistas realizadas a su círculo íntimo –padres, amigos, manager, exnovia, productor musical– proporciona al film ese valor testimonial que le humaniza, le desmitifica, hasta el punto de provocar la identificación con el protagonista, algo imprescindible en este tipo de producciones.
Resulta sorprendente cómo su legado –sus dibujos, sus canciones y sus películas– ha influenciado y sigue haciéndolo en la producción artística posterior, en contraposición a su trayectoria personal que sufrió por la evolución de su enfermedad. The devil and Daniel Johnston muestra con sensibilidad y profundo respeto todas esas contradicciones, resultando un documental altamente recomendable, pero sólo para aquellos que sean aficionados a su música o a las biografías nada amables.
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