(2) UN MINUTO DE SILENCIO, de Roberto Maiocco.

LA CRISIS ARGENTINA
Esta coproducción hispano-argentina supera a base de honestidad la precariedad de medios materiales con que está realizada. Su objetivo es dar testimonio de la aguda crisis económica argentina de los últimos 90 a través de los avatares de una familia que debe sobrevivir a la miseria tras perder el padre su empleo por cierre de la fábrica, ser desahuciados de su casa y tener que malvivir en una chabola del extrarradio.
El guión es un compendio de las desgracias que afectaron a millones de argentinos en aquellos difíciles años, con el paro y la retención de los ahorros por los bancos en lugar destacado, planteando el dilema moral entre ceder a la inhumana explotación laboral para poder comer o resistir dignamente a la adversidad con la ayuda de amigos y de ocupaciones eventuales.
La película destaca por su riqueza de situaciones y por su realismo, sin que el fuerte dramatismo del relato impida el predominio del tono de comedia, de tierna ironía, que saca a la superficie la fuerza de los sentimientos y la esperanza en un futuro mejor. Las comidas de los pobres y la afición al fútbol son detalles que evidencian la voluntad de arraigo popular de los cineastas, lo que se concreta más aún en los breves coloquios teatrales, de fuerte contenido crítico, montados en el circo.
Un final metafórico y pretendidamente poético cierra un relato duro pero esperanzado y cargado de optimismo en el que se nota la escasez de recursos pero que cuenta con la meritoria participación de actores tan humanos como Eduardo Blanco y tan sensibles como Alejandra Darín -hermana del entrañable Ricardo-.
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