(3) EL ASESINATO DE RICHARD NIXON, de Niels Mueller.

EL FRACASO DEL SUEÑO AMERICANO
¿Qué llevó a un hombre corriente a planear el asesinato, en el verano de 1974, del entonces presidente Richard Nixon? ¿Cuáles fueron sus motivaciones? Niels Mueller se lo plantea en su opera prima, un drama intimista y decadente, basado en un hecho real, que muestra cómo un vendedor de muebles de oficina, harto de su mediocre existencia, se presentó en el aeropuerto de Baltimore y secuestró un avión con la intención de estrellarlo en la Casa Blanca –un adelantado a su tiempo, precursor de la metodología usada por el terrorismo islámico en el 11-S–, afortunadamente sin éxito. Seguramente lo mejor de El asesinato de Richard Nixon no sea tanto el excelente retrato de un don nadie que se va derrumbando ante el fracaso de su matrimonio, la frustración de tener un trabajo deprimente y la imposibilidad de abrir su propio negocio… que también. Es su proceso de enajenación, sutil pero constante, que le llevará a cometer tal desesperado acto en contraposición –y paralelamente– a la degradación política que se vivió bajo el mandato de Richard Nixon. Porque junto al drama personal de un hombre llamado Sam Byck –sin duda uno de los mejores trabajos de Sean Penn–, presentado aquí como víctima, hay un incisivo análisis social de dos episodios vergonzosos de la historia de Estados Unidos: el caso Watergate y la guerra de Vietnam. Tras el idealismo de la década de los 60, los años 70 suponen la pérdida de la inocencia: estalla el espejismo del éxito capitalista –el esfuerzo bélico debilitó la economía del país y la crisis del petróleo puso en jaque al mundo desarrollado– y se degrada la imagen del poder político al servicio del ciudadano –Nixon representa el arquetipo de político corrupto, mentiroso y vendedor de humo que todavía llega hasta nuestros días–.
El primer largometraje del guionista y ahora realizador Niels Mueller supone una carga de profundidad contra los cimientos de la llamada American way of life que nos insiste en la defensa de los valores familiares, el éxito social y el enriquecimiento personal presentes en la mayoría de las producciones comerciales. El asesinato de Richard Nixon apunta y dispara en el centro de la diana al narrar la historia de un perdedor en una tierra de ganadores, un fantasma que quiere ser visible aunque sea en un acto suicida, en una incómoda pero acertada radiografía del fracaso del Sueño Americano.
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