(2) THUMBSUCKER, de Mike Mills.

EL DIFÍCIL CAMINO A LA MADUREZ
La opera prima del realizador Mike Mills se inscribe claramente en el denominado cine independiente estadounidense, de hecho fue ganador del Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Sundance 2005 y obtuvo el Oso de Plata en Berlín ese mismo año, no sólo por su temática —la frustrada e incomprendida vida de un joven de 17 años que todavía se chupa el dedo pulgar—, por la osadía en el tratamiento de temas políticamente incorrectos —las deterioradas relaciones familiares, los problemas de concentración en clase, la iniciación al sexo, el amor no correspondido, etc.—, y por la nada convencional narración que despliega —ambigüedad entre lo real y lo imaginado, cambios de ritmo—, sino también por su mirada crítica de la sociedad en general y de la juventud en particular, alejándose de la mirada edulcorada o condescendiente que suelen mostrar las producciones más comerciales.
Thumbsucker recogería, por tanto, una parte del patetismo de Todd Solondz y la visión decadente y desesperanzada de Larry Clark, pero sin llegar al nivel de Happiness (1998) o Bienvenido a la casa de muñecas (1995) del primero y Kids (1995) o Bully (2001) del segundo. Eso es debido a que Mike Mills se decanta por la típica historia de superación personal en tanto que el protagonista supera su tendencia infantil y toma conciencia de su propia identidad, un mensaje que sigue la mejor tradición del individualismo norteamericano.
Lo que en un principio es un manifiesto a favor del friki o el ser distinto, finalmente parece recuperar la senda de lo normal y políticamente correcto. Pero a pesar de todo, el film reproduce con absoluto realismo el mundo de las inseguridades propias de los adolescentes, con todas sus filias y fobias, mediante un sentido del humor que desmitifica el amor incondicional entre padres e hijos y la inocencia e ingenuidad del primer amor, denunciando expresamente conductas que bordan la legalidad como es el caso de la medicación con estimulantes para regular la hiperactividad, la exacerbada competitividad en el mundo estudiantil y el consumo habitual de drogas de parte de la juventud.
Una película a tener en cuenta a pesar de sus lógicas y comprensibles limitaciones, que sin embargo destaca por la actuación de los principales actores, como el caso de Lou Pucci —seguiremos la trayectoria de esta joven promesa del cine—, Tilda Swinton y Vince Vaughn.
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