(2) EL MUNDO ALREDEDOR, de Álex Calvo-Sotelo.

PERDEDORES EN BUSCA DE SU OPORTUNIDAD
El cine español sigue dando esporádicas muestras de frescura, originalidad y capacidad para sorprender, a pesar de la permanente situación de crisis en la que vive y por supuesto la durísima competencia de la industria estadounidense. Como vienen demostrando en las últimas semanas diversas producciones, como La casa de mi abuela, Aislados o la propia El mundo alrededor, no se necesita grandes presupuestos para hacer películas que cuenten historias emotivas o divertidas, con mensaje de fondo o únicamente con la sana intención de pasar un buen rato, realizadas con sensibilidad y sentido del humor. Sólo es necesario, por no decir imprescindible, el apoyo del público que generalmente da la espalda, por prejuicio o simple ignorancia, a películas creadas por y para gente de aquí, seguramente decepcionado por el escaso nivel de un porcentaje importante del cine producido en nuestro país.
Tras el relativo éxito de su primer largometraje, Se buscan fulmontis, el director madrileño Álex Calvo-Sotelo regresa a la cartelera con una comedia desmadrada pero con pinceladas sociales en la que se relatan las peripecias –un viaje iniciático– de un grupo de música en su camino al Festival Viña Rock. Pensada inicialmente como un documental que celebrase los 10 años del reconocido festival de música, la ingeniosa imaginación de Calvo-Sotelo junto a la del prestigioso guionista Ignacio del Moral, autor de Los lunes al sol, convirtieron el proyecto en una road movie musical llena de gags surrealistas, diálogos desternillantes y crítica sutil de costumbres, tipologías humanas e instituciones públicas. El film, que en algunos momentos recuerda a las esperpénticas Airbag o Año Mariano, narra una historia de perdedores en busca de su oportunidad, en la que los protagonistas, personajes llenos de matices, se encuentran con toda una fauna variada de frikis en su camino, cada cual más estrafalario. Escenas como el encuentro con la Guardia Civil, la noche que pernoctan en el motel, el robo de la furgoneta o el pequeño “desvío” que toman yendo hacia Villarobledo y que les hace ver el Mar Mediterráneo forman parte de una aventura que les llevará a profundizar su amistad y aprender a tomarse las cosas menos en serio y disfrutar más el momento.
El mundo alrededor no oculta los escasos medios con los que contó, si bien el formato digital permite alcanzar unos parámetros visuales (luz, color, efectos especiales) muy interesantes. Unas limitaciones que más que perjudicar el resultado final sirven de acicate para competir con el cine extranjero, más espectacular y efectista, pero menos capacitado para lograr una identificación tal que permita ver reflejada, aunque distorsionada por la ironía y la parodia, la realidad más cercana y cotidiana.
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