(2) DE LATIR MI CORAZÓN SE HA PARADO, de Jacques Audiard.

EL PIANISTA VOCACIONAL
Esta nueva versión de Melodías para un asesinato (James Toback, 1978) es el cuarto largometraje de Jacques Audiard, hijo del también cineasta Michel Audiard, bien acogido en los festivales de Berlín y de Sevilla, además de obtener ocho premios César del cine francés. Lo que era mafia italiana en el Nueva York de la película original, es ahora el sucio mundo de los negocios inmobiliarios parisinos, con su secuela de abusos y estafas a cargo de gente sin escrúpulos capaz de cometer extorsiones y asesinatos.
Mi entusiasmo ante este thriller es, sin embargo, mucho más moderado porque veo algunas lagunas e incoherencias en un guión con excesiva dispersión de temas -la familia, los negocios, el mundo del crimen, la búsqueda de la propia identidad, la libertad individual, etc.-, especialmente contradictorios en lo que constituye el eje que vertebra el relato; el dilema entre la acción violenta y la sensibilidad artística a la hora de definir la vocación del protagonista como pianista profesional.
Buena labor interpretativa de Romain Duris y correcta fotografía de Stéphane Fontaine, creadora de sórdidas atmósferas con sus contrastes de luces y sombras.
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