(2) BURT MUNRO: UN SUEÑO, UNA LEYENDA, de Roger Donaldson.

LOCO POR LA VELOCIDAD
El australiano Roger Donaldson ya había realizado un documental en 1972 sobre Burt Munro, un mecánico neozelandés que, jubilado y enfermo, viajó a Utah para intentar batir el record mundial de velocidad -lo hizo a 320 km/h.- en el lago salado de Bonneville con su vieja moto “indian” modelo 1920, convenientemente retocada para mejorar la fuerza y la rapidez.
Esta proeza real llevada a cabo en 1967 entusiasmó al cineasta, que planeó hacer una película de ficción, de tono biográfico, que ha visto la luz muchos años más tarde. El actor galés Anthony Hopkins se enamoró del personaje, optimista y seductor, que le permitía abordar la comedia lejos de sus habituales papeles de psicópata o de hombre atormentado. Así, Burt Munro: Un sueño, una leyenda es una variante más de la materialización del sueño americano, con un empresa llena de dificultades económicas y técnicas coronada por el éxito gracias al entusiasmo, la fe y el gramo de locura de su protagonista, un buen hombre algo estrafalario pero dispuesto a alcanzar sus sueños con grandes dosis de ilusión.
El film está narrado con fluidez, repleto de divertidas anécdotas, especialmente sobre su singular estancia en EE.UU. Su discurso nos recuerda el de Un hombre y su sueño / Tucker y aunque su carácter demasiado lineal bordea peligrosamente los tópicos sentimentales en torno a los héroes positivos, la película se salva gracias a su tono simpático y alocado, con un protagonista que irradia humanidad y vitalismo.
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