(1) LA VERDAD OCULTA, de John Madden.

GENIO Y LOCURA
Esta adaptación de la pieza teatral de David Auburn, también guionista del film, obtuvo el Premio Pulitzer y constituye uno de los escasos ejemplos de cine sobre expertos en matemáticas, con una lista en la que figuran títulos significativos como El indomable Will Hunting (1997), Pi / Fe en el caos (1998) o Una mente maravillosa (2001).
Pero el de John Madden es un relato bastante previsible sobre la dualidad genialidad intelectual y enfermedad mental que no pasaría del mero tópico sin la presencia como intérprete de Anthony Hopkins, Gwynneth Paltrow, Hope Davis y Jake Gyllenhaal. Estos cuatro personajes establecen unas relaciones no demasiado conplejas que van del afecto a la rivalidad y del interés al amor en un plano temporal que cuenta también con flasbacks y con fantasías como manera de enriquecer la narración en presente.
Podría haber profundizado más en la dicotomía entre lógica y sentimientos, entre razón y pasión, pero La verdad oculta prefiere recurrir a la trillada idea del hallazgo de la fórmula magistral que explica la complejidad de la vida en vez de certificar que la excelencia profesional no es tanto una cuestión de inspiración o de talento como de muchísimo trabajo.
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