(1) LOS 2 LADOS DE LA CAMA, de Emilio Martínez-Lázaro.

TODOS CON TODOS
Hace tres años el director Emilio Martínez-Lázaro revitalizó el género musical en España con una comedia de enredo sobre las relaciones de pareja en la actualidad. Gracias al boca a oído de los espectadores y a las buenas críticas recibidas, El otro lado de la cama se alzó vertiginosamente como una de las producciones más taquilleras de 2002, con casi 13 millones de euros recaudados y 3 millones de espectadores. Lo que más llamaba la atención era, por un lado, la ironía del realizador a la hora de retratar a dos parejas en plena crisis, sumidas ambas en la monotonía, la incomunicación y la desconfianza. Dentro de las limitaciones propias de la comedia de brocha gorda —Ernesto Alterio y Guillermo Toledo, dos de los mejores actores cómicos de la actualidad, interpretaban con habilidad a dos personajes sumamente superficiales y carentes de matices—, los personajes actuaban y hablaban sobre temas cotidianos que propiciaban la identificación del público mientras que, entre líneas, provocaban la reflexión sobre la dificultad de alcanzar y mantener la estabilidad emocional, la caducidad del amor, la falta de deseo, la insatisfacción, la infidelidad y el engaño como escape de una realidad frustrante, así como la tenue frontera entre la amistad y el amor. Por otro lado, era llamativa la original inserción de escenas cantadas y bailadas en medio de escenas dramáticas que asemejaban videoclips cutres pero que sorprendentemente estaban perfectamente ubicadas y engarzadas dentro del relato.
Los 2 lados de la cama, segunda parte de aquel éxito de 2002, nos sitúa varios años después y, lamentablemente, nos cuenta más de lo mismo. Más enredos amorosos —complicados y alargados hasta la extenuación—, más guerra de sexos —totalmente gratuita, dada la superficialidad con la que trata los conflictos propios de las parejas—, más canciones emblemáticas de los años de La Movida madrileña y las mismas situaciones graciosas que aparecían en su precuela. Los protagonistas —siguen los mismos actores masculinos, pero cambian las actrices: Verónica Sánchez y Lucía Jiménez sustituyen a Paz Vega y Natalia Verbeke—, que no han madurado o parece que no han aprendido la lección de tiempo atrás, poseen las mismas dudas e inquietudes. Pero lo peor de todo es que, lo que en El otro lado de la cama era original ya no lo es tanto, lo que antes era fresco y divertido, en Los 2 lados de la cama es previsible y forzado. Eso sí, el mensaje, que ya era liberal, propone al fin todas las combinaciones posibles: el limitado e inocente intercambio de parejas que sugería El otro lado de la cama es superado ahora por las relaciones lésbicas y homosexuales como alternativa a la pareja tradicional, e incluso el trío o ménage à trois es presentado en Los 2 lados de la cama como terapia para superar amores perdidos y rupturas dolorosas. Todos con todos. ¿Quién da más?
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.