(2) SERENITY, de Joss Whedon.

CURIOSO WESTERN GALÁCTICO
El guionista y realizador de las exitosas series de TV «Buffy, la cazavampiros» y «Angel» —ambas emitidas en España— debuta en la gran pantalla retomando un proyecto anterior suyo, la incomprendida serie de ciencia-ficción «Firefly», que en su momento (otoño de 2002) no gozó del apoyo suficiente de la audiencia y acabó siendo cancelada antes de que finalizara su primera temporada. «Firefly», un curioso y entretenido western galáctico que transcurre en un universo dominado por una Alianza interplanetaria, narraba las aventuras de la destartalada nave Serenity y de su ecléctica tripulación, unos mercenarios transportistas de espíritu libre pero con sólidas convicciones que acaban formando lo más parecido a una familia. Lo que más llamaba la atención de esta serie era la insólita visión futurista de la conquista del espacio, con tecnología capaz de llevarnos a galaxias lejanas pero que convive con ropas, armas y ambientes sacados de las clásicas películas del Oeste. Una mezcla enriquecedora de géneros que, salvo la dogmática, era recibida gratamente por la crítica televisiva.
Otra cosa es la adaptación cinematográfica, pues dejando de lado las inevitables referencias a Star Wars, con un protagonista calcado a Han Solo, un reverendo que cumple la función de guía espiritual a lo Yoda, un antagonista con aires de Darth Vader y una Alianza convertida en un malvado Imperio galáctico, Serenity es un producto correcto en las formas pero discreto en cuanto a resultados pese al esfuerzo realizado en unos convincentes efectos especiales y una historia llena de acción y aventuras. Se hace palpable la experiencia de Joss Whedon en el medio del que procede, la televisión, que posee un discurso propio con características peculiares, pero no acaba de consolidarse en el formato cinematográfico. La historia se hace pesada y rutinaria —el cine, debido a su limitado metraje, necesita concisión, sin perder claridad; lo contrario que la televisión, especialmente las series de TV, que al disponer de más tiempo de emisión puede permitirse el lujo de dar interminables rodeos, explayarse en la descripción y centrarse en lo anecdótico—, tarda demasiado en concretarse —no se sabe muy bien de qué va hasta avanzados los acontecimientos, los personajes tardan en definirse— y no aclara algunos puntos oscuros del guión. No obstante, y para calmar los ánimos de los amantes de la ciencia-ficción, Serenity es, sin duda, de lo mejor que nos ha llegado de ese género en los últimos meses, una propuesta de buena factura y buenas intenciones, aunque sin destacar especialmente.
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