(3) DENTRO DE GARGANTA PROFUNDA, de Fenton Bailey y Randy Barbato.

CUANDO EL PORNO SALIÓ DEL ARMARIO
La importancia histórica de Garganta profunda (Gerard Damiano, 1972) reside en el hecho de ser la primera película porno exhibida públicamente en salas comerciales y con un éxito económico sin precedentes. Rodada en una semana con un presupuesto de 25.000 dólares, ha llegado a recaudar más de 600 millones. A su enorme rentabilidad contribuyó el escándalo que se produjo por las airadas reacciones de de los sectores más puritanos de EE.UU, las persecuciones policiales, el secuestro de cintas, los juicios criminales, los cambios legislativos y las condenas auspiciadas por los ultraconservadores republicanos, las iglesias y, paradógicamente, las feministas.
En unos años en que la sociedad estadounidense se estaba transformando por los movimientos de liberación sexual y por la oposición a la guerra de Vietnam, por la contracultura y la protesta, el presidente Nixon puso enmarcha toda la maquinaria estatal para limitar la libertad de expresión, de creación cinematográfica, consagrada por su bicentenaria y liberal Constitución. Una vez más, en una nación esquizofrénica, la hipocresía volvió a mostrar sus contradicciones en una sociedad obsesionada por reprimir la sexualidad mientras utilizaba sistemáticamente en el mercado todos los recursos del erotismo en los mensajes publicitarios para vender toda clase de productos.
El documental de Bailey y Barbato es un excelente análisis de las circunstancias que rodearon el estreno del polémico film, un fenómeno de masas que acabó prestando su nombre al confidente que destapó los hilos del espionaje electoral conocido como Caso Watergate. El realizador Gerard Damiano, la protagonista Linda Lovelace y el actor Harry Reems sólo cobraron su salario, tuvieron problemas legales, laborales y personales, y las ganancias de este negocio multimillonario fueron a parar a los bolsillos de la mafia, los verdaderos productores y distribuidores de la película en la sombra.
Con una información exhaustiva gracias a valiosos materiales de archivo y a testimonios verbales, Dentro de Garganta profunda no sólo es una crónica rigurosa del eterno combate entre libertad y censura, entre erotismo y moral, entre placer y decencia, sino un rico testimonio sobre una época y de un país retratado con sus más significativos rasgos políticos, culturales, sociales y jurídicos. Presentado por Dennis Hopper como narrador y con el punto de vista de conocidos cineastas, actores, escritores y funcionarios, el documental revela que el film de Damiano fue distribuido también en copias clandestinas que se exhibieron en fiestas privadas especialmente cuando la explotación pública se hizo demasiado arriesgada.
Garganta profunda, una afortunada mezcla de sexo y humor que desmitifica la habitual seriedad y trascendencia con que se abordan los temas del erotismo -ligado al concepto de pecado- supuso además un intento fallido de establecer para el futuro la simbiosis entre el cine industrial de Hollywood y la franqueza sexual propia del cine X para adultos. El primero siguió con sus convencionalismos habituales y el segundo permaneció en el ghetto de las salas marginales que, con el tiempo, serían sustituidos por el auge de las cintas de vídeo. Y en vez de elaborados argumentos y medios técnicos abundantes, el porno fue derivando en un abaratamiento de costes para vencer la competencia, con películas monótonas y amateurs hechas exclusivamente con escenas de mete-saca.
Mientras en EE.UU. sucedía todo esto, en la España de Franco no nos enterábamos de nada. Ocupada en la lucha por la democracia y la libertad colectiva, a la izquierda en general se le pasó por alto la fuerza liberadora y gratificante del sexo. Incluso cuando, doce años después, Garganta profunda fue estrenada en Valencia en abril de 1984 pasó sin pena ni gloria, calificada con (0), salvo para los más precoces expertos pornófilos del momento. Lo que en España se veía y se disfrutaba entonces era el erotismo torpe, tramposo y represor de La cera virgen y Experiencia matrimonial. Así nos ha ido.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.