(1) EL SECRETO DE LOS HERMANOS GRIMM, de Terry Gilliam.

EL ORIGEN DE LA INSPIRACIÓN
Relato mágico y aterrador que supone una mezcla sin orden ni concierto de varios de los más conocidos cuentos de los hermanos Grimm, sin duda uno de los mejores exponentes de la literatura popular e infantil alemana del siglo XIX, que además son los protagonistas de la historia.
Así, el polifacético e inclasificable Terry Gilliam recoge, en El secreto de los Hermanos Grimm, claroscuras versiones de Hansel y Gretel, Juan Sin Miedo, Caperucita roja, Blancanieves y La princesa y el guisante para narrar las aventuras en tono cómico de Wilhelm y Jacob Grimm, unos cazafantasmas timadores del siglo XIX, en medio de las guerras napoleónicas, que se enfrentan a diversos espectros en un pueblo asolado por una bruja malvada, un hombre lobo y un bosque encantado, sugiriendo que en su labor creativa fue inspirada más por sucesos «reales» vividos en primera persona que por un aburrido proceso de documentación y recuperación de la tradición oral del pueblo alemán.
Aunque se observa un gran esfuerzo en la puesta en escena, con decorados y los efectos especiales sorprendentes, que recrean una atmósfera de fábula siniestra que desborda imaginación y fantasía, no puede disimular la poca consistencia de una historia que peca de simple y previsible y unos personajes de lo más maniqueos.
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