(3) FUERA DEL CUERPO, de Vicente Peñarrocha.

REALIDADES PARALELAS
¿Cómo reaccionaríamos si de repente y por casualidad descubriésemos que nuestra vida, la de todos los días, fuese en realidad el rodaje de una película y que todo lo que nos sucede estuviera escrito previamente en un guión cinematográfico? Ése es el interesante, aunque no original —la idea fue desarrollada por ilustres antecedentes como La rosa púrpura de El Cairo de Woody Allen y El show de Truman de Peter Weir—, planteamiento de Fuera del cuerpo, la ópera prima del director y guionista valenciano Vicente Peñarrocha, galardonada en el Festival de Málaga 2004 al obtener los premios al mejor guión y mejor dirección. Pero a diferencia de los ejemplos antes mencionados, que muestran la existencia de realidades paralelas con un discurso que combina la sutil poesía y la trascendente filosofía o simplemente la mera crítica televisiva, Fuera del cuerpo trata el tema con gran ironía y sentido del humor y con un estilo cercano al realismo sucio o cotidiano, que explicaría en parte el éxito alcanzado por este inclasificable film, resultado de una lograda fusión posmoderna de diversos géneros cinematográficos.
Peñarrocha ha elaborado una ingeniosa y muy trabajada historia, que narra las vivencias de Bruno, un joven guardia civil de tráfico cuya adicción a la cocaína le ha llevado a contraer múltiples deudas. Una noche se encuentra con una antigua compañera del instituto en la puerta de un motel y termina acostándose con ella. Descubierto por su mujer, ésta decide abandonarle. Abrumado por los problemas económicos, profesionales y sentimentales, el protagonista descubre por casualidad un extraño pasadizo —una clara alusión a la Alicia de Lewis Carroll pasando al otro lado del espejo—que le conduce a otro nivel de realidad, donde no es más que un personaje de ficción dentro de una película. La confusión entre la realidad «real» y la realidad «ficticia o inventada», que el realizador distingue estilísticamente mediante dos modos de utilizar el lenguaje fílmico; una narración académica y clasicista para mostrar la ficción «de cine» y una cámara a mano con cierta improvisación para relatar la vida real; no es sino un juego narrativo en el que se introducen las reflexiones que emanan del film. Pues Fuera del cuerpo aborda teóricamente la cuestión de la dimensión dual de la existencia humana, con la presencia del «doble», la posibilidad de viajes a un universo virtual paralelo al real y, en definitiva, la materialización de la tesis del escritor y premio Nobel italiano Luigi Pirandello según la cual son los personajes los que buscan a su autor, en este caso como actores que están representando su propia vida. Según Pirandello, los personajes encuentran la realidad sólo por sí mismos y, al hacerlo, descubren que ellos mismos son fenómenos inestables e inexplicables. ¿Y qué hace el personaje ante la posibilidad de verse fuera de sí mismo, distanciado de su propia esencia? La ruptura de la llamada «cuarta pared» le permite, suplantando a su doble, ser consciente de sus limitaciones, asumir los fracasos, corregir o atenuar las consecuencias de sus equivocaciones, como una segunda oportunidad que se le brinda, aunque alejado del happy end convencional. Lo cual nos lleva a la moraleja final: nuestro futuro no está determinado de antemano. Es el propio individuo el que elige más o menos libremente, en cada decisión, su camino.
Fuera del cuerpo es, en definitiva, un relato contado con imaginación y talento, que supone un soplo de aire fresco dentro del panorama cinematográfico español, carente siempre de buenas historias.
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