VICENTE PÉREZ HERRERO, DIRECTOR DE «LA PIEL VENDIDA»

«QUERÍA MOSTRAR EL LADO MÁS HUMANO DE LA GENTE QUE SE DEDICA A LA PORNOGRAFÍA»
Tras las interesantes Código natural (2000) y Bestiario (2002), y estando todavía pendiente el estreno de Cien maneras de acabar con el amor, el director Vicente Pérez Herrero presentó la semana pasada en Valencia su último largometraje, La piel vendida, un arriesgado y poco comercial documental sobre el mundo del cine X en España, en el que ofrece una mirada desmitificadora pero muy humana de los profesionales que trabajan en este particular género cinematográfico.
¿Cómo se te ocurrió hacer un documental sobre el cine porno?
La idea de la película nace a partir de la observación de un fenómeno social incontestable como es la mayor presencia del sexo en la sociedad actual. Es evidente que la pornografía ha salido a la calle y se ha producido una auténtica eclosión del cine X gracias a las numerosas publicaciones que venden este material y a las ventas de DVD en cualquier quiosco junto a los periódicos y las revistas del corazón. Además, las nuevas tecnologías como Internet permiten un mayor y más fácil acceso al porno. En este contexto de normalización del sexo explícito quería indagar sobre qué es lo que hay detrás de las películas X, especialmente centrarme en aquellas personas que las hacen, directores, actrices y actores, productores. En vez de hacer un documental más o menos «científico» sobre la historia de la pornografía en España pretendía entrar en la intimidad de la gente que trabaja en el mundo de la pornografía y ver cómo les afectaba o les determinaba su vida. Deseaba investigar sobre la vida cotidiana, las esperanzas, los deseos y las motivaciones de las personas que se dedican al porno. Mostrar, a fin de cuentas, el lado más humano de esta profesión.
La piel vendida desmitifica totalmente una profesión que por lo que se muestra es muy dura. El documental se encarga de echar por tierra los tópicos que rodean este mundo del cine X.
Yo no quería hacer una aproximación frívola a la pornografía en España, donde salieran mujeres tipo playboy haciendo un espectáculo delante de la cámara. Simplemente quería poner delante de ella a los actores y a las actrices para que me contasen cómo viven su profesión. De hecho yo he partido de datos objetivos que aseguran que la vida profesional media de los actores y/o actrices, especialmente de ellas, es de tres a cinco años, durante la cual pueden llegar a realizar centenares de películas. Eso significa una actividad muy intensa en esos años y después desaparecen. Algunos pocos, no sin dificultad, entran después en la dirección y en la producción de películas porno, como Bibian Norai. Y muchos menos todavía, como Nacho Vidal, han logrado papeles en las películas convencionales. Es una profesión que desgasta mucho y realmente la gente no sabe lo dura que es, piensan que son personas que se lo pasan muy bien follando sin parar y que ganan mucho dinero, pero no es cierto.
Los testimonios que aparecen en el documental se sinceran hasta el punto de desvelar sus inquietudes, sus aspiraciones e incluso sus frustraciones, porque las tienen también.
La verdad es que al comenzar las grabaciones no esperaba conseguir ese efecto pero me alegré y sorprendí gratamente al ver que no se realizaba una entrevista fría y distante sino que la cámara se convirtió en un amigo con el que charlaban sobre sus intimidades con una normalidad pasmosa. Todos los entrevistados se expresaron con total sinceridad sobre sus problemas, sus ansiedades y sus miedos. Como se puede ver hay personas a quienes afecta más y otras a quienes afecta menos su trabajo en el plano laboral, familiar y de pareja. Ellos sufren más la presión para estar al 100% en todo momento y lamentan las veces que se retrasa en rodaje por no alcanzar la erección, ellas se quejan de que muchas veces no saben qué van a rodar hasta el momento en que se quitan la ropa, hay personas que no comentan a qué se dedican a sus padres y amistades, los hay que sí y son aceptados sin problemas, y finalmente hay gente que tiene pareja estable trabajando como actor o actriz porno sin ningún problema pero también los hay que no pueden tenerla, y lo han intentado, porque la otra persona no entiende que lo que realizan es un trabajo más.
¿Cómo fue asistir por primera vez al rodaje de una película X? ¿Cómo son en ese trabajo las rutinas productivas?
Me preguntaron una vez si dirigiría alguna vez una película porno y dije que no, porque tienen una rutina y una práctica muy específica de los trabajadores del sexo que hay que conocer muy bien. Y si los rodajes del cine convencional ya son aburridos por las repeticiones de las tomas y las esperas mientras se preparan los escenarios y a los actores, los rodajes del cine porno son bastante desalentadores. Ver un rodaje no es nada excitante, pues hay una mecánica que me parece incómoda, incluso agresiva. Como espectador normal, acudir a un rodaje porno es una experiencia fuerte, la verdad.
Pau Vanaclocha
2 comments
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hola
quisiera colocarme en contacto sobre esta pelicula, pues soy la directora de un cine club erotico en colombia y nos gustaria reaqlizar un convenio y la visualisacion de su pelicula aca en colombia
andrea t.
directora de pf
Saludos, Andrea!
Siento no poder ayudarte pero carezco de información para acceder al director de La piel vendida.
La web http://www.vanavision.com, de la que soy responsable, es un espacio de crítica cinematográfica y noticias relacionadas con el mundo del cine, pero no tenemos contacto con los directores y/o productoras de las películas sobre las que escribimos.
Te recomiendo que busques la forma de acceder a él a través de Kines Producciones, empresa que financió el film. Quizá en su web haya alguna dirección, e-mail o teléfono.
Saludos
Pau Vanaclocha