(2) VALIANT, de Gary Chapman.

PALOMAS MENSAJERAS
La animación europea está consolidándose como una auténtica alternativa al hasta ahora monopolio de las productoras norteamericanas como Pixar o DreamWorks, quizá las más representativas. En el caso que nos ocupa, Valiant es el primer film de la nueva productora inglesa dedicada al cine de animación digital, Vanguard Animation, que ha sido capaz de elaborar un producto que nada tiene que envidiar a los de las antes mencionadas pero además ha invertido la mitad de tiempo y la mitad de presupuesto en obtener similares resultados.
Valiant cuenta la aventura de un pequeño pichón que se convierte en un héroe durante la II Guerra Mundial cuando se une al Servicio Real de Palomas Mensajeras de Gran Bretaña, una organización que sirve a la causa aliada llevando mensajes secretos vitales sobre futuros movimientos a través del Canal de la Mancha, mientras se evitan los ataques de la brigada de halcones enemigos. En realidad, la ficción está basada en hechos verídicos: las palomas han sido utilizadas durante mucho tiempo para transportar mensajes en situaciones de guerra, incluyendo la I y la II Guerra Mundial. Algunas de ellas ganaron incluso la medalla Dickin, una auténtica condecoración (¡!), en reconocimiento a su valor y contribución.
Realmente Valiant no es más que una clásica y previsible historia de superación personal con abundantes dosis de heroísmo, pero logra vencer sus limitaciones gracias a su ingenioso humor y al evidente esfuerzo tanto en la construcción de personajes, muy bien caricaturizados —destaca el doblaje realizado con las voces consagradas para el público español de Paco León, actor cómico que triunfa en el programa de TV Homo Zapping, Florentino Fernández, Ramón Langa o José Luis Gil, actor de la serie de TV Aquí no hay quien viva—, como en la reconstrucción del período histórico en el que se desarrolla la acción, concretamente la Batalla de Inglaterra y los primeros meses de la ocupación nazi de Francia, sucediendo todo más o menos a principios de los años 40. Al respecto, la película engarza continuos gags que aluden, y parodian al mismo tiempo, esa visión romántica de los pilotos de las fuerzas aéreas británicas —la Royal Air Force—, las enfermeras voluntarias que asistían a los enfermos o heridos en combate, o la famosa Resistencia francesa. De hecho el encuentro de las palomas inglesas con los ratones franceses es quizá la secuencia más divertida. El resultado es una correcta parodia del género bélico realizada sin pretensiones pero con frescura y habilidad por el debutante realizador inglés Gary Chapman y producido por el responsable de Shrek (2001) y Shrek II (2004), John H. Williams.
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