FEDERICO LUPPI, director de «PASOS»

«INTERPRETAR ES MI OFICIO. DIRIGIR, UN ANTOJO»
No necesita presentación dada su prolífica carrera como actor, pero el hecho de ser su primer largometraje, su ópera prima, a sus 69 años, es una apuesta que podemos consensuar todos como interesante. Federico Luppi estrenó recientemente Pasos, una crónica personal sobre la Transición política protagonizada por tres matrimonios que acusan el desencanto ante los profundos cambios políticos y sociales que experimenta una sociedad que despertaba tras 40 años de dictadura.
Tras una dilatada experiencia ante las cámaras te enfrentas a tu primer largometraje como realizador. ¿El dirigir a colegas de tu profesión era algo que soñabas desde hace tiempo o fue una idea reciente?
Fue una idea reciente. Hubo un ofrecimiento de la productora que en su momento rechacé y que después de volver a insistir me lo pensé mejor y terminé aceptando. No fue una decisión planificada, sino que realmente pensé de repente que sería una experiencia muy interesante, como así ha sido. Más que una experiencia cinematográfica es una experiencia de vida.
¿De dónde nace la idea de la película?
La idea estaba plasmada en un guión de Susana Hornos que me había gustado mucho porque tenía que ver con mi experiencia en España, ya que gracias a mi trabajo yo viví muy de cerca la Transición política. También me sentí atraído emocionalmente a este proyecto por la analogía con los procesos de frustración y decepción generados en Argentina por la dictadura y la falta de libertades. En la misma época en que España salía del franquismo, Argentina vivía los peores momentos de represión.
En Pasos muestras la vida de tres parejas en un contexto político y social muy concreto en España, los años inmediatamente posteriores a la Transición política. Para ser argentino has decidido entrar en un tema muy de aquí.
A través de conversaciones con gente de la profesión y de la crítica cinematográfica me he dado cuenta de que la Transición española es, en el cine concretamente pero en general también, un tema del cual no hay mucha apetencia por hablar, todavía resulta incómodo. Una crítica me reprochó que no hubiera colocado héroes, otra dijo que había mostrado una Transición muy diáfana, y recibir estos comentarios me ha hecho pensar y tengo la sensación de que me estaban empujando a un plano de discusión casi puramente ideológico. Esa no era mi intención, no quería mostrar una visión ideológica de ese proceso político sino más bien utilizarlo como un marco referencial. No obstante, en Pasos pongo en evidencia las dificultades que hubo para lograr la democracia, como el golpe de Estado fallido de Tejero el 23-F. ¿Por qué seis años después de la muerte de Franco aparece Tejero? ¿Quiénes fueron y dónde están los que movieron los hilos de ese intento de ruptura de la legalidad constitucional? Me da la sensación de que ha habido una necesidad de cerrar algo sin enturbiar el proceso, todavía no existe una sana curiosidad sobre lo que ocurrió realmente.
¿Por qué determinas el principio y el fin de la película entre el fracaso del golpe de Estado del 23-F y los Mundiales de fútbol del 82?
Era la forma de limitar la historia entre dos acontecimientos importantes en la historia española. Tampoco quería extenderme demasiado en el tiempo sin necesidad de hacerlo. La decisión de ubicar la historia entre esos dos hechos se explica también por la intención de situar la vida de estos personajes en los momentos más intensos de la consolidación de la democracia, cuando todavía existen obstáculos y dudas más o menos razonables sobre el espacio de libertades recién conseguidos. A partir de los Mundiales y el triunfo de Felipe González en 1982 empieza otro período políticamente más estable, más complejo también, pero ya menos zozobrante.
Planteas el desencanto de los tres matrimonios por no alcanzar sus sueños y el fracaso de la utopía.
Los personajes comparten al principio, cada uno con diferentes grados de militancia, compromiso y entusiasmo, una gran esperanza en el desarrollo y la consolidación de la democracia, y que desaparecido el peligro a una involución política se produce un inevitable cambio tanto a nivel social como individual, lo que provoca conflictos y el consecuente desencanto. Resulta curioso que los grandes cambios políticos y sociales suelen ser siempre estremecedores pero rápidos en comparación con las formas de pensar y los hábitos / costumbres de las personas, que son más lentos en cambiar. Hoy día, en 2005, sucede lo mismo: cada día se amplían los derechos y las libertades, como un proceso imparable, pero mucha gente se manifiesta todavía contra el matrimonio gay o está en contra del divorcio y el aborto, no se terminan de aceptar las otras formas de vivir de las demás personas que no piensan igual. Es increíble que hoy la Iglesia Católica española llame a la desobediencia civil contra una futura ley. ¿Dónde se ha visto eso en un país laico y democrático?
¿Hasta qué punto ha influido tu experiencia como actor a la hora de realizar Pasos, o más concretamente, en la dirección de actores?
Desde luego me ha ayudado mucho mi experiencia como actor a la hora de dirigir a los actores. Como actor uno sabe que es un ser sustancialmente inseguro, porque uno de los puntos clave de la actuación es la consecución de la verdad, algo sumamente difícil de conseguir. La experiencia, el sentido de la vida, las condiciones intelectuales… no son suficientes para encarar a un personaje. Porque los miedos a no ser auténtico son muy abrumadores. Le pasa a cualquier profesional. Por eso debía trabajar con los actores dándoles una cobertura afectuosa, muy contenedora. Creando las condiciones para que lo hiciesen lo mejor que pudiesen.
¿Piensas continuar tu reciente carrera como director? ¿Qué prefieres, dirigir o interpretar?
Me gustaría dirigir todos los días, la pena es que el rodaje sea tan caro. Tengo nuevos proyectos pero todavía no se han concretado y necesitaré más tiempo para materializarlos, por eso no puedo adelantarte nada. Por lo que respecta a si prefiero ponerme detrás o delante de la cámara, tengo claro que interpretar es mi oficio, vivo de eso. No obstante, después de tantos años de actor me he permitido probar cosas nuevas y la realización de Pasos me ha dado tantas satisfacciones que no descarto seguir dirigiendo en el futuro.
Pau Vanaclocha
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