(2) BATMAN BEGINS, de Christopher Nolan.

EL CABALLERO OSCURO RENACE
En plena tendencia a adaptar conocidos personajes del mundo del cómic a la gran pantalla, que está provocando actualmente una auténtica redefinición del género de superhéroes —véanse las aproximaciones a los X-men de Bryan Singer, a Spider-man de Sam Raimi y a Hulk de Ang Lee, todos ellos pertenecientes a la editorial Marvel—, se hacía difícil no pensar en el regreso de Bruce Wayne/Batman, el atormentado héroe creado para DC Cómics por el artista Bob Kane. Resulta cuanto menos destacable que desde su debut en Detective Comics #27 en mayo de 1939 y a lo largo de su dilatada existencia no ha dejado de protagonizar seriales de radio, series de televisión de acción real y de dibujos animados, películas, juegos de ordenador y por supuesto un sinfín de cómics, convirtiéndose así en un fenómeno cultural sin precedentes.
Tras la línea gótica y siniestra de Tim Burton en Batman (1989) y Batman vuelve (1992) y el tono pop y caricaturesco de Joel Shumacher en Batman forever (1995) y Batman & Robin (1997), el film de Christopher Nolan supone un punto y aparte en la filmografía del personaje, ya que ignora las cuatro entregas anteriores para comenzar desde cero, explorando los orígenes de la leyenda del hombre murciélago que explican cómo un joven que vive una tragedia familiar termina convirtiéndose en un símbolo contra la injusticia.
Una tarea difícil y arriesgada, pero necesaria, dado el desgaste y la decepción de los fans que había provocado especialmente los dos últimos films. A pesar de que Batman begins insiste en los esquemas argumentales y narrativos propios de película de superhéroes —y en ese sentido no aporta ninguna visión novedosa de la figura del superhéroe— se trata, sin duda alguna, del acercamiento más realista y más cinematográfico de este personaje. Más realista porque no existen mutantes con extraordinarios poderes o personas que obtengan superpoderes tras un accidente. El protagonista es una persona «normal» si bien adiestrado en la lucha y en perfectas condiciones físicas y armado de ingeniosos gadgets que le proporciona la compañía de la que es el máximo accionista. No se enfrenta a seres procedentes de otros planetas ni a peligros de entidad cósmica, sino a un sistema corrupto lleno de policías y jueces comprados por la mafia local y un antihéroe, el Espantapájaros, cuyo único poder es tener un gas que provoca el miedo y que se disfraza con una máscara que lo protege de sus efectos.
El esfuerzo de profundizar en la psicología del héroe en Batman begins es mayor que en sus predecesoras, hasta el punto de que dedica más de la mitad del film a narrar el viaje iniciático del héroe en busca de su identidad y sólo al final surge y se desarrolla su intimidante alter ego. Y es, a mi entender, la versión más cinematográfica porque lleva al máximo el desarrollo visual del personaje sin el lastre del discurso del cómic y narra un relato inédito —y por tanto original— no basado en ninguna de sus aventuras dentro de las viñetas.
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