FERNANDO MUSA, DIRECTOR DE «CHICHE BOMBÓN»

«EL OPTIMISMO MANTIENE VIVA A MUCHA GENTE DE MI PAÍS»
Un nuevo ejemplo de cine argentino, realizado con escasos medios pero con mucha voluntad y creatividad, nos llega esta semana de la mano del joven director Fernando Musa. Su tercera película, Chiche Bombón, nos narra la historia dramática de un amor nada convencional. Chiche, una joven de 27 años, se queda embarazada de un chaval de 17, y debe plantearse salir adelante buscando su primer trabajo.
¿La historia está contada a partir de hechos reales o nace de tu imaginación?
Tras mis dos primeras películas, Fuga de cerebros y NS/NC No sabe, no contesta, empecé a escribir una historia ficticia pero realista basada en dos jóvenes que se tienen que plantear las cosas, su vida y su relación, cuando ella se queda embarazada. Fui construyendo este mundo de Chiche a partir de ejemplos reales. Yo vengo de una familia de políticos, lo que me ha permitido conocer a los militantes, cómo piensan, cómo funciona ese mundo… e intenté retratarlo.
El drama que supone el embarazo de la joven protagonista sin recursos económicos y sus intentos de salir de esa situación está atenuado por ingeniosas dosis de humor.
Chiche Bombón es una película desgarradora por momentos, al menos por la historia que cuenta, pero los personajes son optimistas por naturaleza. En ningún momento se plantean el aborto, por ejemplo, una práctica muy común en Argentina aunque ilegal. Sus padres la quieren y la mantienen a pesar de todo, a pesar de las dificultades para afrontar la maternidad y la falta de recursos, y pienso que el optimismo de los personajes que refleja la película es lo que mantiene viva a mucha gente de nuestro país. Algunas escenas, por cómo están narradas, suavizan el dramatismo de una situación casi trágica, como es un embarazo y una joven pareja sin recursos. La esperanza la mantienen los personajes pero subyace una tragedia permanente.
¿Has pretendido trascender la historia de esta familia para hacer referencia a la sociedad argentina en su conjunto? ¿Lo planteas como una crítica social?
No había tal pretensión, pero sí es verdad que me sirvió a la hora de construir la estructura de la película y el subtexto, saber que para mí, las vecinas chismosas representan a los paparazzis mediáticos, el concejal representa a una parte de los políticos argentinos que se mueven por interés y abusando de la buena fe del pueblo, y los tres viejos militantes representan la pérdida de la confianza y la desmotivación de los votantes. Fui buscando analogías entre casos particulares y elementos universales. Las encontré también en el personaje del tintorero, que para mí podría ser la figura de un viejo resabio en lo que fue la dictadura militar. Lo que pasa es que en Argentina se impregna tanto la realidad en la que vivimos, al salir de casa te encuentras una manifestación por la mejora salarial, o una reforma educativa para estudiar en mejores condiciones… Es el marco en el que se desarrolla la historia de la película, aunque yo me centré en los personajes protagonistas.
No sé si lo has hecho conscientemente pero los personajes no avanzan, parecen inmóviles, conformistas, carentes de motivaciones.
Esa es la síntesis de Chiche Bombón. En la película nadie cambia salvo Chiche, la protagonista. Las viejas chismosas siguen siendo las mismas, los padres siguen discutiendo por los mismos motivos, excepto ella que se agarra a la fe para salir adelante. Yo pretendía con ese cambio romper con la lógica que tenía la película. Todo se insinúa pero no pasa nada. Al joven protagonista no le pasa nada pero porque en la realidad no les pasa nada a esos jóvenes, quiero decir que lo que les pasa les pasa por dentro. Es un pasota, no tiene motivaciones, no trabaja, no estudia, es un inmaduro que no está a la altura de las circunstancias. Realmente cualquiera de nosotros podemos encontrar en Argentina a alguna persona conocida que se parezca a alguno de ellos.
El cine argentino sigue dando muestras de una enorme creatividad.
Estamos viviendo en Argentina una época de creatividad increíble por la situación económica del país, sustentada por la Ley de Cine que tenemos desde el año 95, que permitió la eclosión de una gran cantidad de escuelas de cine y de interpretación. El apoyo al cine ha permitido a muchos jóvenes con talento hacer películas que si bien no cuentan con un gran presupuesto o abundantes medios técnicos, sí cuentan con la profesionalidad de muchas personas.
Pau Vanaclocha
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