(2) AYURVEDA, EL ARTE DE VIVIR, de Pan Nalin.

EL ARTE DE LA CURACIÓN
Todo lo relacionado con la cultura y la tradición oriental goza de un gran poder de atracción para el público occidental. Es por esto que Ayurveda, el arte de vivir va a interesar a aquellos aficionados al exotismo, el misticismo y las creencias religiosas y filosóficas del budismo, así como a todos a quienes la medicina moderna ha defraudado y necesitan otras alternativas que les ofrezcan nuevas esperanzas. Tras la interesante Samsara —su primer largometraje de ficción, que narraba la historia de un monje budista que de forma voluntaria decide, tras largos años de meditación retirado en una cueva, conocer el mundo con sus penas y alegrías— Pan Nalin se introduce en el género documental para acercarnos al Ayurveda, nombre que recibe la ciencia del rejuvenecimiento y la restauración de la salud, que tiene su origen en India hace más de 5000 años. En un intento serio de convencer de las cualidades del Ayurveda, el realizador muestra la actividad profesional de varios médicos de tan singular medicina, entrevista a pacientes que comparan su situación antes y después de acudir a estos «gurús» de la curación y es testigo del proceso de obtención de los diferentes y variados mejunjes, así como de los minerales que supuestamente poseen poder curativo.
No digo yo que la salud no implique cierto equilibrio entre el cuerpo y la mente y, que en ese sentido, no se pueda hasta cierto punto recuperar la salud con una buena alimentación, actividad física, la armonía mental y el desarrollo espiritual (¿?), junto con la ayuda de hierbas medicinales —mens sana in corpore sano, expresión atribuida a Décimo Junio Juvenal, escritor satírico romano que vivió entre 55-138 d.C.—, pero de ahí a determinar como la causa de las enfermedades la ausencia o abundancia de tres elementos místicos en el organismo sin tener en cuenta que la mayor parte de las enfermedades las originan los virus y las bacterias, que no se mencionan en ningún momento, es vendernos un producto milagroso sin rigor científico que lo demuestre. Ayurveda, el arte de vivir pide más fe en lo que predica que certezas aporta. De hecho, las demostraciones de tratamientos de cáncer, artritis, diabetes, estrés, incluso de la esquizofrenia que aparecen en el documental, con las declaraciones tanto de los médicos o «gurús» como de los afectados contando lo encantados que están con los resultados me recuerdan los publirreportajes de las programaciones comerciales durante la madrugada que tratan de vender objetos de lo más absurdos y prescindibles, intentando convencer al más incauto de los espectadores.
Aún así, como documento antropológico el film tiene su valor y su acercamiento a prácticas medicinales, combinadas con ritos religiosos y profanos, en un país tan alejado pero de cultura milenaria, suscita al menos el interés y la curiosidad.
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