(3) YA NO SOMOS DOS, de John Curran.

LA ÉTICA DEL ADULTERIO
El guión de Larry Gross, cuajado de magníficos diálogos y elaborado mediante una admirable labor de síntesis, es adaptación de dos relatos cortos de Andre Dubus pulbicados en los años 70, que reestructura y convierte en un complejo film que admite los puntos de vista d elos cuatro protagonistas, los matrimonios formados por Terry (Laura Dern) y Jack (Mark Ruffalo), Edith (Naomi Watts) y Hank (Peter Krause). Estos estupendos actores, especialmente los dos primeros, permiten la construcción de un drama intenso, heredero de aquel Bergman inquisitivo y realista ante las relaciones de pareja, que trata el tema de la infidelidad a través de instrumentos cognoscitivos como la lupa del diagnóstico y el bisturí del dolor.
Ya no somos dos es el segundo largometraje del australiano John Curran, que aborda el conflicto del doble adulterio en dos parejas de amigos, rozando la cuarentena. El concepto de amor se nos presenta en toda su polimorfa expresión: problemático e inquietante, nunca plácido y gratificante como en los films más convencionales.
Una de las mayores virtudes de la película es la honestidad y la lucidez con que analiza la crisis matrimonial, el naufragio de los sentimientos, entre personas que aparentemente lo tienen todo: formación académica, buen nivel de vida, cuerpos atractivos, salud, hijos, etc. El relato nunca es moralizante, ni siquiera alude a la explicación freudiana del conflicto entre el instinto -el deseo- y la cultura -conjunto de normas impuestas por la sociedad-. Ya no somos dos utiliza un lenguaje fílmico moderno para combinar unas situaciones seleccionadas por su especial significación y una serie de sugerencias y elipsis que vienen a posibilitar una certera radiografía de la fragilidad de la condición humana y un cierto distanciamiento reflexivo por las ideas de fracaso y compasión.
El film es, pues, un riguroso tratado de psicología familiar en el que padres, madres e hijos dejan pasar los días intentando ser felices y sobreviviendo en medio de prqueñas mentiras y de grandes traiciones, dando oportunidad para que cada cual aporte sus razones y sus dudas. Nada esquemática, la película muestra la complejidad de todos los elementos contradictorios con que está tejido el manto de la existencia: tedio y aventura, pasión y rutina, amistad y crueldad, lujuria y violencia, complicidad y venganza, autoafirmación y celos, ansia de libertad y remordimiento.
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