(2) SEVEN TIMES LUCKY, de Gary Yates.

ESTAFADORES ESTAFADOS
El debut del realizador Gary Yates supone una correcta aproximación al thriller con evidentes alusiones al cine negro, no sólo por el contenido, el mundo de la delincuencia y la marginalidad, sino también por el continente, una estética claroscura que recuerda ciertos clásicos del género. Así, Seven Times Lucky narra las desventuras de un grupo de amantes de lo ajeno que deben pagar antes del día de Navidad las deudas que han contraído con peligrosos mafiosos.
Pero mientras que en el llamado cine negro, evolución del cine de gángsters y cuyo nacimiento más o menos reconocido fue El halcón maltés (1941) de John Huston, el bien ya no estaba separado del mal por una línea clara, sino que estaba dominado por la ambigüedad, y reinaba el pesimismo y la desconfianza hacia la naturaleza humana y la sociedad en su conjunto —sin duda debido al contexto social e histórico real de los años donde se desarrolla la acción: gangsterismo, la ineficacia del Estado frente al crimen, corrupción generalizada, etc—, en Seven Times Lucky desaparece cualquier atisbo de crítica social, acercamiento a la complejidad psicológica de los personajes y descripción de ambientes marginales para reducirse a una mera historia de perdedores que se roban unos a otros mediante sofisticados, por no decir rebuscados, engaños.
Quizá se trate de falta de inocencia por mi parte o un uso abusivo de los esquemas argumentales propios del género, pero desde el inicio del film se intuye que las cosas no van a salir como quiere el protagonista y se sospecha de todo y de todos sobre quién será el próximo en sustraer el dinero, pero no lo más importante, quién se quedará finalmente con él.
Sin embargo, conviene reconocer el esfuerzo del director en la puesta en escena, así como en la recreación estética del cine negro, dando prioridad a los escenarios siniestros y jugando constantemente con las luces y las sombras que iluminan y dejan en penumbra los rostros de los personajes u objetos importantes para la narración. Incluso las constantes referencias al tabaco y el humo que desprenden los personajes tras aspirarlo también es un elemento más que recuerda los films de gángsters, convirtiendo Seven Times Lucky, por todo lo comentado anteriormente, en un homenaje a los films de Humphrey Bogart y otras películas como El golpe, El color del dinero, Casa de juegos y Los timadores.
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