JESÚS PONCE, DIRECTOR DE «15 DÍAS CONTIGO»

«LO QUE MÁS NOS ASUSTA DE LA MENDICIDAD ES PENSAR QUE ALGÚN DÍA PODRÍAMOS VERNOS EN ELLA»
Curtido en el mundo de la televisión, el videoclip y el cortometraje, el joven director Jesús Ponce se lanza a realización de largometrajes con una arriesgada ópera prima, 15 días contigo, en la que se introduce en la vida cotidiana de dos mendigos, una expresidiaria y un toxicómano enfermo de SIDA, que vivirán una peculiar historia de amor. El film tuvo una excelente acogida en el pasado Festival de Cine de Las Palmas, donde sedujo tanto por su dimensión trágica como por sus dejes cómicos, y ha sido seleccionada para participar en Miami Latin Film Festival.
¿De dónde surge la idea de 15 días contigo?
El germen de la historia surge en un año bastante marcado en Sevilla, que fue el 92. Se me encargó un reportaje fotográfico de temática libre, y en vez de tratar la maravilla tecnológica del AVE o la filigrana arquitectónica de la Exposición Universal, yo me dediqué a buscar a los mendigos que habían sido expulsados de la ciudad. En 1992 no había mendigos en Sevilla, en el 91 sí y en el 93 también. Había que aproximarse, por tanto, al mundo oculto y marginado de los «sin techo». Observé que son más accesibles de lo que parece, son cercanos. Y tienen sus rutinas, una hora más o menos fija a la que levantarse, un sitio estable donde duermen, comen, habitan, aunque sean un portal, una esquina o un rincón. Tienen una manera continuada de buscarse la vida: aparcando coches, limpiando cristales, vendiendo pañuelos o pidiendo. Algunos de ellos tienen pareja, tienen encuentros, desencuentros, se separan, se reconcilian, se reencuentran por la noche, tienen amigos, compañeros de gremio… Son, salvando las evidentes diferencias económicas, como cualquier persona.
El film carece de moralismo, no se juzgan a los personajes. Es una mirada objetiva y sin prejuicios sobre el mundo de la indigencia.
Es una aproximación a una realidad que existe aunque se encuentra oculta porque resulta incómoda. Lo que verdaderamente nos asusta de la mendicidad es pensar que algún día podemos vernos en ella. Mi intención fue siempre mantener una posición totalmente neutra ante los personajes. No juzgarles por su situación, no hacer un discurso moralista haciéndolos culpables de su miseria, mostrándolos como seres malvados. Quería alejarme de ese cine moralista estadounidense de buenos y malos. Los personajes de 15 días contigo son ambiguos y muy imperfectos: a Isabel en cuanto le dan un voto de confianza roba un bote de limpiacristales y a Rufo en cuanto tiene una necesidad abandona a su pareja. Pero no se les juzga. Eso es lo que quizá ha hecho que funcionen como personajes próximos. Por otra parte, el tono de la película es documental, está hecha con teleobjetivo, en planos de 3/4 que son más incómodos. No hemos buscado la postal.
Pese al dramatismo existente, no se pierde nunca un irónico sentido del humor.
Me he atrevido a tratar este tema con humor porque primero me he preocupado en mostrar que los personajes son muy parecidos a nosotros y no quería caer en un drama de lágrimas fáciles.
El cine andaluz ha mostrado en los últimos años una gran inquietud por los temas sociales. Recuerdo films como Astronautas, El traje, Carlos contra el mundo, Solas…
Es cierto. Se ha resaltado el hecho de que últimamente hemos salido varios directores andaluces, que casualmente hemos sido todos compañeros de trabajo en televisión, Santi Amodeo, Alberto Rodríguez, Chiqui Carabante, junto con Benito Zambrano que viene de otro lado aunque nos conocíamos de antes, que hemos coincidido en el tratamiento de temas de corte social. ¿Por qué? No te sabría decir, pero sí es cierto que todos tenemos la misma edad, los mismos estudios, nacemos justo antes de un gran cambio político y económico en el país y somos de una comunidad autónoma de las más pobres de España.
15 días contigo es la demostración del buen momento que vive el cine andaluz.
Con el tiempo se verá si la película sigue la estela del éxito de otras producciones andaluzas. Es pronto todavía. Pero me gustaría matizar una cosa, llevamos una semana de promoción y en todos lados nos preguntan por el cine andaluz, como si fuera un tipo de películas con entidad propia, como una etiqueta o un género independiente. Cuando pienso en los géneros cinematográficos pienso en el cine de terror, el drama, la comedia, pero no en clichés o etiquetas como el cine español, o más concretamente el andaluz, o el vasco, o el catalán… No hay que confundirse.
Pau Vanaclocha
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