(0) GEORGE AND THE DRAGON, de Tom Reeve.

VALIENTE CABALLERO
Escaso interés despierta esta coproducción anglogermana que mezcla amor y aventuras ambientada en época medieval (principios del siglo XII, tras la conclusión de la Primera Cruzada) y que muestra una versión poco rigurosa de la leyenda de San Jorge «el matadragones»—los historiadores y los escritores de libros de santos suelen coincidir en que fue un soldado romano, nacido en el siglo III en Capadocia (Turquía) y que falleció por martirio tras su conversión al cristianismo a principios del siglo IV—. Dirigida a todos los públicos pero especialmente al juvenil, George and the dragon potencia el lado cómico por encima de todo —las primeras víctimas son la verosimilitud y cualquier pretensión de rigor en el contexto histórico en el que se desarrolla la acción— y narra una emotiva historia caracterizada por unos personajes maniqueos, unas escenas de guerra poco creíbles, y la actuación estelar de una cría de dragón y su protectora madre, cuyos efectos especiales, no muy abundantes, decepcionan por su tosquedad y falta de realismo, comparados con los más efectivos y sorprendentes de Hollywood. Efectivamente, en Europa también se hacen malas películas comerciales, no todo iba a ser cine de autor.
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