SANTI MILLÁN, ACTOR PROTAGONISTA DE «AMOR IDIOTA»

«EL AMOR COMO POCO TE CAMBIA Y COMO MUCHO TE IDIOTIZA»
Habrá poca gente que no le haya visto en teatro (perteneció a la compañía La Cubana), en televisión (interviene en la serie 7 vidas y colabora en el programa de Andreu Buenafuente) o en las pantallas de cine (Nudos de Josep Mª Güell, Lisístrata de Francesc Bellmunt, Di que sí de Juan Calvo). El polifacético actor Santi Millán acaba de estrenar su último trabajo bajo las órdenes de Ventura Pons. En Amor idiota interpreta a un treintañero desorientado y apático que experimenta un amor loco y obsesivo. Se trata de su primer acercamiento al género dramático, que supera con una nota alta.
Acostumbrados a verte en series y programas de humor de televisión y en películas cómicas, tu cambio de registro en Amor idiota ha sido total. ¿Has tenido alguna dificultad a la hora de pasar de la comedia al drama?
La verdad es que no ha supuesto ningún problema. Ventura Pons me dio la oportunidad de hacer algo diferente, bastante alejado de la imagen que he dado a través del cine y la televisión hasta el momento. Simplemente me esforcé por entender la historia y a los personajes y por hacer las cosas lo mejor posible. Lo que sí te das cuenta es que la comedia posee métodos de actuación e interpretación propios, que creo que he llegado a dominar, pero que con el drama hay cosas que no he probado nunca y que son nuevas para mí. Pero ahí está el aliciente.
Supongo que tu experiencia en el teatro, de la mano de La Cubana, te habrá facilitado las cosas, permitiendo que haya sido más fácil adaptarte.
Está claro que en este mundo si no eres capaz de adaptarte rápido mueres. La naturaleza te da lecciones de ello cada día. Para sobrevivir hay que saber adaptarse. Mi experiencia teatral puede que efectivamente me haya dado una base profesional importante y me haya permitido poder asumir proyectos cada vez más arriesgados, interpretar a personajes cada vez más complejos. En definitiva, poder ir creciendo como actor.
Tu personaje adopta una postura nihilista ante la vida. Asume con total naturalidad su condición de idiota. ¿Se trata de un retrato más o menos aproximado de la sociedad actual? ¿Hay mucha gente así o es un caso especial?
Yo creo que sí hay mucha gente en esa situación, aunque no en las mismas circunstancias. Tras meditarlo tranquilamente, creo sinceramente que en realidad todos somos muy idiotas.
¿Porque la sociedad nos lo impone o porque no damos más de sí?
No porque nos lo imponga, sino todo lo contrario. La sociedad es un reflejo de las personas que la forman. En definitiva, la sociedad la hacemos nosotros. Tal y como hemos montado todo esto, hay que ser un poco idiota para no haberlo hecho mejor. Más que idiotas, creo que somos gilipollas perdidos.
Conocer a Sandra le da a Pere-Lluc una motivación para salir de su insatisfacción. ¿Es el amor el remedio contra una vida mediocre, como el de tu personaje?
Desde luego, es más, el amor es el remedio a todo. El estado de enamoramiento te positiva en todos los ámbitos. Todo adquiere sentido, te sientes fenomenal… lo malo es que esto pasa porque el amor, desgraciadamente, no es eterno. Pero es tan intenso lo que se siente al principio que compensa, merece la pena.
Aunque más que amor tu personaje tiene una auténtica obsesión, lo que le convierte en un ser frágil, muy débil ante la persona amada.
Pere-Lluc vive esa obsesión desde la bondad, no existe maldad en su comportamiento. Como el punto de vista de la narración es el de mi personaje, el espectador siempre vive esa situación con tranquilidad. Seguramente si lo viviéramos desde el punto de vista de Sandra habría una sensación de angustia y de miedo, pues sufre un acto de acoso en toda regla, Pere-Lluc se mete en su intimidad sin pedir permiso, la espía mientras trabaja, la sigue hasta su casa y le hace fotos. Una vez descubierto le dice ¡no, no pasa nada, sólo quiero estar contigo, conocerte! Bueno, muy bien, pero hazlo de una forma normal, le has dado un susto de muerte. Eres un cabrón. En el fondo mi personaje es egoísta, se centra en lo suyo y le da igual lo que haga o diga ella.
¿Existe algún remedio contra la idiotez, que tanto se predica en la película?
Es complicado, pero pienso que reconocer la idiotez es el primer paso, el primer síntoma de inteligencia. Es importante conocer tus limitaciones y, a pesar de todo, intentar hacer tu trabajo o simplemente vivir la vida lo mejor posible.
¿Todo amor es idiota?
Casi todos. El estado de enamoramiento te sumerge en una situación que no sé si es de idiotez pero sí que te afecta en muchos aspectos: te llega a anular los sentidos, te hace no pensar y lo más peligroso, te hace actuar de forma que normalmente no sueles hacer. Como poco te cambia y como mucho te idiotiza.
¿Somos idiotas cuando nos enamoramos o nos enamoramos porque somos idiotas?
Esta es buena. Creo que nadie es idiota por enamorarse. Al contrario, es lo mejor. Y quien no lo ha vivido nunca se pierde una de las mejores sensaciones que se pueden experimentar. Ni las drogas más potentes del mundo te provocan ese estado.
Pau Vanaclocha
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.