PATRICIA FERREIRA, DIRECTORA DE «PARA QUE NO ME OLVIDES»

«PARA EMOCIONAR AL ESPECTADOR DEBES TRATARLE CON TOTAL SINCERIDAD»
Tras su interesante incursión en el thriller con Sé quién eres o en el género policiaco con El alquimista impaciente, la directora madrileña Patricia Ferreira apuesta por el drama en su última película, Para que no me olvides. El film participó en el pasado Festival de Cine de Berlín, donde se reconoció la trayectoria profesional del veterano actor Fernando Fernán-Gómez.
¿Cómo surge la idea de Para que no me olvides?
La primera vez que nos sentamos la guionista Virginia Yagüe y yo a escribir el guión decidimos que queríamos hacer una película de sentimientos. Ya no quería hacer más thriller, ni historias de intriga ni de suspense, y quería hacer una película que fuera muy directa, que conectara emocionalmente con el público. Lo primero que imaginamos fue la historia de una madre con la novia de su hijo. Esto nos podría haber llevado a cualquier género y desenlace, pero poco a poco empezamos a construir a los cuatro personajes con una trayectoria vital muy específica que da como resultado una película dramática en tanto que los protagonistas deben hacer frente a una tragedia que cambiará sus vidas.
La película plantea, entre otras cosas, la importancia de la memoria y la pérdida de un ser querido. Hasta ahora no te habías centrado en temas con ese trasfondo tan dramático.
Ciertamente. Mientras escribíamos el guión, Virginia Yagüe y yo éramos conscientes de que temas de una naturaleza tan sensible como las que planteábamos debían tratarse con sinceridad, no podíamos acercarnos a esta temática con torpes artificios de guión o con los trucos habituales del melodrama. Si quieres de verdad emocionar al espectador no hay que tratarlo como si fuera tonto sino con total sinceridad. La sinceridad implicaba documentarnos bien, conocer a gente que hubiera vivido realmente estas experiencias y comunicarlas de la forma más realista y cercana posible. Para ello tuvimos que ponernos en situación, imaginar lo que sienten, piensan y sufren los personajes. La verdad es que hubo momentos duros.
Hay un intento muy serio de mostrar un universo familiar muy creíble y realista, con las diferencias y los conflictos generacionales cotidianos incluidos.
Y para ello fue imprescindible fijarme en todo un mundo de sentimientos que hay en una familia que sufre, se divierte, se reconcilia, que se quiere en definitiva. He pretendido superar una mirada simplista en la que o todo es conflicto o todo es bondad. Como en la realidad, hay momentos malos y momentos buenos.
Quizá la incomunicación entre los miembros de la familia sea una de las líneas argumentales.
Es una de las líneas que desarrolla Para que no me olvides. Cómo cambiamos de cara según estamos con una persona o con otra, con lo cual a veces somos unos perfectos desconocidos para quien cree conocernos muy bien. Los personajes femeninos de la película descubren que la persona que hasta ese momento querían y a la que han tenido muy cerca realmente la conocían muy poco.
Hay una reivindicación muy concreta, el reconocimiento de los represaliados republicanos.
Efectivamente hay una reivindicación concreta en ese reconocimiento. El personaje de Mateo representa a todas aquellas personas que, tras finalizar la Guerra Civil y por pertenecer al bando republicano, ya no tanto como luchadores que participaron activamente en la contienda o como personalidades del mundo de la política o la cultura que apoyaron públicamente a la República sino que simplemente les tocó estar en ese bando, fueron represaliadas de una forma brutal. Muchos fueron fusilados, otros encerrados en campos de concentración durante largos años, y otros tantos sufrieron un amargo exilio durante toda su vida. El franquismo, que se alargó durante 40 años, forzó la amnesia colectiva. Para que no me olvides reconoce esas víctimas anónimas cuyos nombres no fueron recogidos nunca en ningún sitio, lo cual es una injusticia. La película se muestra a favor del mantenimiento de la memoria histórica.
¿Posee el film una receta de cómo superar la pérdida de un ser querido?
No hay recetas para eso. Me parece que Para que no me olvides es una película que cada uno ve desde su propia experiencia vital y desde ésta la interpreta. Además, cada personaje reacciona de distinta forma al dolor ocasionado por una pérdida y la supera como puede. Como la vida real, por otra parte.
¿Qué tal la experiencia de dirigir a un actor de la talla de Fernando Fernán-Gómez, recientemente galardonado en el Festival de Cine de Berlín?
Trabajar con él es un proceso muy exacto. Tiene un enorme talento y una experiencia profesional dilatada y reconocida. Si se ponen esas dos cosas a trabajar el resultado siempre es positivo. Su profesionalidad es impecable. Desde el principio pensé en él para interpretar a Mateo.
¿Qué acogida tuvo el film en el pasado Festival de Cine de Berlín?
Estuvo bastante bien. Siempre es importante tener una película en un festival internacional porque es la forma más efectiva de que salga fuera del país. Vender una película en el extranjero es algo complicadísimo. La presencia de una película en un festival internacional de cine supone que la ven compradores, desde exhibidores hasta televisiones, lo que potencia las oportunidades comerciales de la misma. Presentar la película en Berlín tuvo dos aspectos muy positivos, por un lado una gran satisfacción personal y por otra parte una promoción de la película muy importante.
Pau Vanaclocha
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