(3) DOMICILIO PRIVADO, de Saverio Costanzo.

INVASIÓN Y RESISTENCIA
Premiada en el Festival de Locarno 2004, el primer largometraje del cineasta italiano Saverio Costanzo es fruto de su interés por el conflicto árabe-israelí y de un viaje a Tierra Santa donde escribió el guión a lo largo de cuatro meses y contrató a destacados actores de aquellos lugares, que debieron convivir en un rodaje que, por razones de seguridad, tuvo lugar en la región italiana de Calabria.
Basado en un hecho real, la ocupación de un pelotón de soldados judíos de una casa propiedad de palestinos, una familia formada por el padre, su esposa y cinco hijos, el relato se convierte de forma coherente y efectiva en una metáfora del sinsentido de todo enfrentamiento. La vivienda es ocupada por el ejército de Israel por razones estratégicas, al estar situada en plena zona fronteriza entre un pueblo palestino y un asentamiento judío. La fuerza impone sus condiciones: se divide el edificio en tres partes, que sus legítimos dueños podrán ocupar, respectivamente, durante el día, de noche y en ningún momento.
El simbolismo d ela situación conecta perfectamente con el conflicto político y militar que afecta a esa zona del planeta: ocupación de un territorio por el ejército enemigo, expulsión u opresión de los residentes, convivencia forzosa, tensiones, etc. Frente a este estado de cosas, las diversas reacciones a cargo de los miembros de la familia palestina, legítimos dueños del lugar. Resistencia pasiva y pacífica, convivencia dominada por la curiosidad, defensa violenta -terrorismo-, deseo de huida, etc.
Domicilio privado muestra una ajustada correspondencia entre signos y significados, entre elementos cotidianos y discurso político, constituyendo un film de ficción realizado con métodos del documental. La foto digital y granulosa, la cámara a mano, la inestabilidad dinámica de los encuadres, la ausencia o mínima presencia de luz artificial, etc. potencian el realismo del relato, una especie de reportaje que procura mantener la neutralidad de su punto de vista narrativo.
A esta sensación de verdad contribuyen unos actores excelentes, forjadores de personajes totalmente creíbles, el uso de tres lenguas en los diálogos -árabe, hebreo e inglés- y un mensaje nada forzado a favor de la convivencia pacífica: se trata del conocimiento y del mutuo respeto entre seres humanos, una propuesta humanista intachable cuyo alcance es sin embargo perturbado al final cuando inesperadamente la situación inicial se repite de nuevo.
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