(2) DE-LOVELY, de Irwin Winkler.

COLE PORTER AL DESNUDO
Biografía musical del compositor estadounidense Cole Porter (1891-1964), estudiante de Yale y Harvard, intenso vividor del París de los locos años 20, asiduo visitante de Venecia y afincado definitivamente en su país donde alcanzó una gran popularidad con sus célebres canciones, revistas musicales en Broadway y bandas sonoras para películas de Hollywood.
Lo mejor de la película son, pues, las magníficas canciones de Porter, las coreografías, la corrección de los actores, el uso imaginativo del tiempo en la narración, mezclando pasado y presente, y una combinación de realismo y fantasía que permite al protagonista ya anciano asistir a un musical sobre su propia vida en el que, al modo felliniano, va desfilando el carrusel de amigos y conocidos que lo rodearon a lo largo de su existencia. Considerado por muchos como el mejor músico popular de la historia de los EE.UU., su amplia producción abarca más de tres décadas y, en el film, sus mejores creaciones son interpretadas por una serie de cantantes invitados entre los que destacan Diana Krall, Natalie Cole, Alanis Morrissette, Elvis Costelo y Robbie Williams.
El guión de Jay Cocks, colaborador ocasional de Martin Scorsese, no olvida integrar más de 30 canciones del autor en el desarrollo de su biografía, relacionando libremente sus temas con situaciones, sentimientos y conflictos de su dilatada vida. Eje narrativo del relato es su matrimonio y relación con la guapa millonaria divorciada Linda Lee en 1919, que sirvió para ocultar su homosexualidad en una consentida y calculada operación concebida para guardar las apariencias en una sociedad en la que su opción sexual era un fuerte tabú. Ingenioso, culto y rico, llevó una intensa vida social rodeado de artistas y magnates. Y las letras de sus canciones llamaron la atención de algunos pocos entendidos por la sutileza y malicia con que aludían, en clave de metáfora, a las vivencias y fantasías eróticas del propio compositor, que pudo vivir sus numerosas aventuras homosexuales con mucha mayor discreción y comodidad que en el caso de, por ejemplo, el ilustre Oscar Wilde.
Su ajetreada peripecia vital se torció definitivamente en 1937, pues una caída del caballo lo dejó seriamente dañado en las piernas, una de las cuales le fue amputada años después. Postrado en una silla de ruedas, las secuelas físicas y psíquicas del accidente fueron en aumento hasta la muerte de su esposa en los primeros años 50. Este infatigable amante de los placeres murió solo, deprimido y alcoholizado en su apartamento de Nueva York en 1964. Tenía 73 años de edad.
De-Lovely es un film que aborda con bastante sinceridad la vida privada de Cole Porter, con un tono melancólico que resalta la añoranza de los tiempos de esplendor contemplados desde la perspectiva de la decadencia y de la definitiva pérdida del arte de la seducción. Su mayor defecto, por el contrario, es el exceso de sentimentalismo con que se contempla la extraña relación con su esposa, aunque sin llegar a los extremos tramposos y falsos del acaramelado Noche y día (Michael Curtiz, 1946) con Cary Grant y Alexis Smith. En esta ocasión hay aspectos poco verosímiles y no muy bien explicados en la relación matrimonial de los protagonistas, quizá basada más en los intereses que en el puro romanticismo. La tolerancia de Linda ante los excesos libertinos de Cole tuvo seguramente unas condiciones y unos costes que aquí no se tratan apenas.
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