(3) DIARIOS DE MOTOCICLETA, de Walter Salles.

LOS AÑOS JÓVENES DEL “CHE”
Producida por Robert Redford, con participación de Daniel Burman, y estrenada en el Festival de Sundance atnes de pasar a los de Cannes y San Sebastián, Diarios de motocicleta es resultado de la adaptación de Notas de viaje, diario personal escrito por Ernesto Guevara a los 23 años, y de la novela Con el Che por América Latina, de Alberto Granados, un superviviente que reside ahora en Cuba. La película es una road movie que narra el gran periplo de ocho meses que dos estudiantes argentinos realizaron por varios países de Sudamérica en 1952 con una moto Norton 500 del año 1939, que en realidad sólo les funcionó unos 4.000 km de los 13.000 recorridos.
La aventura, llena de incidentes e incomodidades, fue de hecho un viaje iniciático no sólo por el desplazamiento físico a través de diversas naciones sino porque constituyó la toma de conciencia social y política del futuro “Che” Guevara, con el descubrimiento de unos pueblos indígenas sumidos en la miseria y en la injusticia, y de la exigencia ética de la solidaridad y de la lucha, violenta si fuera necesario. Un viaje que convirtió a un despreocupado pequeño burgués en un revolucionario internacionalista después de su encuentro con campesinos expulsados de sus tierras, mineros sin trabajo y enfermos sin esperanza.
El guión del portorriqueño José Rivera fue escrito tras una exhaustiva labor de documentación biográfica y el rodaje se realizó con exploración previa de los exteriores pisados por los auténticos protagonistas 50 años antes, en espectaculares escenarios naturales de Argentina, Chile y Perú filmados con una cámara de 16mm.
Muy meritoria la labor interpretativa del mexicano Gael García Bernal y de Rodrigo de la Serna, así como la dirección del brasileño Walter Salles que logra sintetizar las características del cine de aventuras, del psicólogo y del sociopolítico en un film que materializa la odisea de conocimiento de la realidad, tanto exterior como interior, por un personaje que todavía estaba buscando su lugar en el mundo. Las dos horas de proyección transcurren con tanto placer como ligereza. Se logra evitar el tono dogmático de un mensaje político cuyas reflexiones están perfectamente integradas en las conversaciones cotidianas y en el breve discurso que el joven Guevara pronuncia en la leprosería. Diarios de motocicleta destaca, más que por su evidente carga ideológica, por sus hermosos paisajes, por su lirismo y por su humor.
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