JUAN PABLO REBELLA Y PABLO STOLL, DIRECTORES DE «WHISKY»

«NOS INTERESA MÁS EL CINE QUE DEJA PREGUNTAS QUE EL QUE DA RESPUESTAS»
El segundo largometraje de los jóvenes realizadores uruguayos Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, Whisky, se estrenó esta semana en las pantallas valencianas tras recibir numerosos premios en los festivales de cine más prestigiosos: Mejor Guión en Sundance, Colón de Oro a la Mejor Película y Colón de Plata al Mejor Director en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, Premio Mirada Original en Cannes… Un ejemplo de cine independiente que nos llega de un país sin apenas tradición cinematográfica.
Whisky llega a las pantallas tras obtener numerosos premios internacionales. ¿Os esperabais el éxito que está cosechando vuestra película?
Juan Pablo Rebella: La verdad es que no. Cuando terminamos la película, la primera vez que la vimos nos miramos unos a los otros y nos preguntamos: ¿Y esto? No sabíamos cómo iba a reaccionar el público. Teníamos miedo de que fuera una película extremadamente fría. Pero a la gente le gustó. Ahí nos dimos cuenta de que tan mal no lo habíamos hecho.
Pablo Stoll: Nos ha sorprendido porque Whisky no es una película sujeta a cánones comerciales. Lo que sucede es que las películas que más nos gustan a nosotros no suelen ser las de mayor aceptación. Por ello no pensábamos que iba a tener tanta trascendencia, iba a ser tan reconocida por la crítica.
¿Whisky pretende ser un retrato de la sociedad actual, no carente de crítica e ironía, o sólo de unos personajes que viven una vida mediocre?
JPR: Pretende ser una película que nos guste ver. Y todo lo demás viene a nivel inconsciente. Whisky retrata a tres personajes que si bien no son excepcionales, no quiere decir que la sociedad uruguaya o global sea así. Nos hemos centrado en un universo muy concreto sin ninguna intención de trascender.
PS: La idea era básicamente concentrarse en los tres personajes, no juzgarlos sino entenderlos. El resto, lo que cada uno quiera ver de esos personajes, o cuán reflejado quiera sentirse o no es un tema personal.
En todo caso la soledad, la incomunicación y la monotonía son los rasgos que caracterizan a los protagonistas.
PS: Por supuesto. Incluso añadiría que Whisky trata sobre el silencio y las cosas no dichas. Por cómo son los personajes, el film debía de tener muchos silencios, que juegan un papel importante en la historia. La mentira también es un tema recurrente, pues dos personajes simulan estar casados.
JPR: A nosotros nos interesa más el cine que deja preguntas que el que da respuestas. El cine que resuelve problemas y proporciona moralejas y soluciones es un poco paternalista. Considero que cada uno tiene que llegar a sus propias conclusiones. Por ello damos la mínima información para que la gente pueda pensar lo que quiera.
¿Por eso hay tan poco diálogo en la película?
JPR: El diálogo en sí mismo no es malo. La cuestión es qué se dice, por qué se dice y cómo se dice. Lo que no me gusta es que el diálogo sea una reiteración de lo que vemos en la imagen. Los personajes se tienen que describir por sus actos y sus sentimientos, no tanto por sus palabras. El público debe darse cuenta solo. Es más interesante sugerir las cosas que decirlas directamente.
PS: La idea era construir un universo cerrado con una lógica interna. Los personajes intercambian más que palabras cuando hablan. Detrás de ellas se pueden ver sus limitaciones, sus deseos, sus necesidades. Y el silencio o la falta de diálogo, en este caso, resalta la incomodidad que sienten entre ellos. Hay momentos en la película que se crea una tensión que se transmite al espectador.
Tensión que muchas veces se convierte en risa. Whisky combina el drama con el humor en una misma secuencia.
JPR: Yo vivo intensamente las dos partes, me río en los momentos más relajados y sufro en los más dramáticos. Hay personas que destacan más el conflicto y otras el lado cómico.
PS: Incluso nos han dicho que la gente se reía por la tensión que tenía la historia. Encontrar esa risa en el espectador es muy difícil. Me gusta generar risa a través de la incomodidad de los personajes.
¿Cómo os organizasteis a la hora de hacer el guión y dirigir conjuntamente la película?
JPR: En su mayor parte, lo escribimos entre los tres de forma metódica, redactando el guión conjuntamente, línea a línea. Aunque a veces Pablo Stoll desarrollaba la escena y Gonzalo Delgado y yo pulíamos los diálogos. La preproducción la hicimos todos: localizaciones, casting, ensayos, etc. En el rodaje, nos dividimos las tareas: yo me encargaba de la dirección de actores y Pablo Stoll se centraba en el control de la cámara.
Hablando de actores, ¿ya los teníais pensados durante la escritura del guión o su elección fue resultado de un largo proceso de casting?
JPR: Todos los personajes que aparecen que no son los tres protagonistas fue bastante sencillo ya que hay muchos que se repiten tras 25 Watts y que hacen papeles menores. Lo más complicado fue encontrar a los actores que interpretan a los dos hermanos, ya que probamos a todos los actores de esa edad que había en Uruguay en un laborioso casting y ninguno nos convenció. Después desde Buenos Aires nos llegaron vídeos con cientos de actores y nada nos gustaba. Hicimos incluso un casting en Buenos Aires. Un día nos dimos cuenta de que el problema no eran tanto los actores sino que éramos nosotros, que no sabíamos cómo encararlo. Decidimos elegir a los dos actores que más nos convencían de Uruguay y trabajar los personajes con ellos.
PS: Andrés Pazos (Jacobo) tenía ya experiencia en teatro, incluso había trabajado en España. Jorge Bolani (Herman) es en Uruguay uno de los actores más reconocidos. Ambos han realizado una actuación muy convincente, reflejando las interioridades de sus personajes. A Mirella Pascual la conocimos realizando un casting para un anuncio para televisión. No dudamos en elegirla para el papel de Marta, el único que ya teníamos pensado.
Dentro de los estándares uruguayos, Whisky es una película de alto presupuesto.
JPR: En Uruguay por no haber no hay ni estándares, la «industria» del cine uruguayo es muy pequeña. No existe lo que podríamos llamar un «cine uruguayo», con cierta tradición. Se realizan tan pocas películas que no se puede decir que Whisky sea una producción barata. Para una película independiente, los 400.000 dólares de presupuesto están muy bien. Además, y esto es lo más importante, pudimos trabajar con total libertad. Hicimos la película que quisimos hacer nosotros.
PS: Las películas más caras que producen en Uruguay alcanzan el millón de dólares de presupuesto. Se trata de películas comerciales que persiguen atraer a todos los públicos. Somos conscientes de que Whisky no aspira a tener ese público tan amplio. Aun así los productores apostaron muy fuerte por el proyecto y, bueno, estamos muy contentos por los excelentes juicios de la crítica.
Pau Vanaclocha
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